El narco negocia con Dios

Foro ShakespeareArray

Zamora No.7 y 9

Entre Veracruz y Agustín Melgar

Col. Condesa

Tel. 5553-4642

 
( )
La obra plantea una serie de cuestionamientos sobre nuestra entereza moral frente a la corrupción. «La manera más directa de capatar el sentir de una sociedad –reflexiona Juan Carlos Vives– es poner en escena a su autores». Él mismo halaga el oficio de Sabina Berman: «diálogos precisos, incisivos y muy divertidos».

Un opulento narcotraficante que apenas terminó la secundaria, una monja liberada, un intelectual maniaco depresivo y una enfermera panista son los personajes con los que la dramaturga mexicana Sabina Berman construye el universo de esta pieza. En ella, como en la realidad, la tragedia y la comedia van de la mano. «Es una obra que habla sobre la ética y de un país cuyos límites morales están borrosos», describe Juan Carlos Vives quien interpreta al Gordo, el intelectual.

La trama es un enredo fársico en el que ni la Iglesia ni los conservadores ni la izquierda progresista se salvan. El Gordo está casado con Patricia, personaje que interpreta Ítari Marta: «Es una mujer que iba a ser monja pero al descubrir que la Biblia es un libro moralmente confuso, decide ver por su beneficio». Ella inicia una relación amorosa con Ramón (Moisés Arizmendi), un neonarco cuya fortuna ha beneficiado tanto a Patricia como a su esposo, quien está enterado del romance. El conflicto inicia cuando la hermana del Gordo (Aidé Boetto) mata sin querer a Patricia de un bibliazo. El Gordo y su hermana deben evitar que el narco encuentre el cadáver.

La obra plantea una serie de cuestionamientos sobre nuestra entereza moral frente a la corrupción. «La manera más directa de capatar el sentir de una sociedad –reflexiona Juan Carlos Vives– es poner en escena a su autores». Él mismo halaga el oficio de Sabina Berman: «diálogos precisos, incisivos y muy divertidos».