En la década de los setentas
trabó amistad con el cineasta Werner Herzog, quien se convertiría en un
compañero hasta el final de sus días. A pesar de que su relación fue
conflictiva (Kinski llegó a declarar que Werner era un mediocre, un megalómano
y un absoluto fracaso como artista), el trabajo de ambos lleva el sello de una
colaboración en conjunto: películas como Nosferatu, Aguirre o la Ira de Dios, Cobra Verde y Fitzcarraldo, pasarán
a la historia con la rúbrica de Herzog y Kinski.
En 1980, Kinski se lanza a
dirigir y actuar su propia película: Paganini, la cual tuvo una pésima recepción en los círculos
críticos y fue un rotundo fracaso en taquilla.

Klaus Kinski falleció en 1991 de
un ataque fulminante al corazón. Vivía retirado en Lagunitas, California.

La parte final del documental Mein Liebster Fiend: