La coreógrafa y primera bailaora Marcela Morin,
que además es directora junto con Héctor Xavier
Aguilar de la compañía Elohim
Danza Flamenca más importante en México, Marcela Morin nos contó sobre su experiencia y objetivos con
esta presentacióm que próximamente se llevará a cabo en el Centro Cultural Helénico el 23 y 30 de
Junio y el 7 y 14 de Julio en el Centro Cultural Helénico

La danza bajo el nombre “ Por un camino lleno de espinas”
juntará a bailarines españoles y mexicanos con la intención de crear un
espectáculo moderno y atractivo.

¿Cuál ha sido tu experiencia de trabajar con bailadores
mexicanos y españoles?

MM: La gente
que está en el género de flamenco se apoya mucho con la gente española, ya que
los bailadores españoles son un referente puro con disciplina y dedicación. Los españoles viven el flamenco
con fuerza, ya que lo llevan en la sangre y esto enriquece a los mexicanos. Los
mexicanos tienen que hacerlo con respeto hacia la cultura.

El espectáculo se llama “Por un camino lleno de espinas”, el
cual narra la vivencia y la lucha de los artistas por preservar este género,
¿Cuál es esa lucha?

MM: Como artistas mexicanos estamos limitados porque no
tenemos la cercanía a España, nuestra lucha por preservarlo es por que no lo
tenemos arraigado y esto hace que los caminos se cierren. En México la danza
flamenca no está tomada en cuenta, queda fuera de la danza étnica. Nosotros
como bailarines de flamenco nos frustramos, luchamos, nos enojamos y nos da
rabia, pero al final nos reconciliamos como bailarines y cantaores.

¿Cuál es el reto al que te enfrentas como directora?

MM: El reto más grande es que esté bien hecho, que esté bien
tocado, bien bailado y bien cantado. Que todo esté compenetrado y que la gente
sobre todo lo haga con respeto.

¿Cómo se ha transformado el concepto de baile flamenco, si
es que ha cambiado?

MM: Sí ha
cambiado desde sus inicio, se ha degenerado la guitarra, el canto y el baile. Antes
no era tan práctico, se bailaba por derecho, cómo dicen los españoles, esto significaba
tener buen instinto, buen oído y buenos pies. Yo como directora busco irme hacia
lo más purista por derecho y tiene que ver con mi formación, yo aprendí con
Mercedes Amaya una gran bailarina gitana y ella me enseño a hacerlo con fuerza
y a sentirlo en la sangre.