Gotas de agua sobre piedras calientes

POR Ana Felker

 

El dramaturgo Rainer Werner Fassbinder es el representante más destacado del nuevo cine alemán; sin embargo con esta obra incursionó en la dramaturgia a sus escasos 19 años. El texto anticipa lo que sería la caótica vida amorosa que lo llevó al suicidio a los 37. Es un estudio sobre la bisexualidad, la búsqueda de la identidad y la soledad en tiempos del muro en Alemania. 

 

Leopoldo (Tomás Rojas) es un hombre maduro y neurótico que seduce al joven Fran (Ricardo Polanco) a quien somete durante un periodo de tiempo, hasta que al juego de poder se integran las exnovias de ambos: interpretadas por Laura Almela y Gimena Gómez. Los desnudos y las escenas sexuales se manejan con interesantes recursos escénicos que le atribuimos a la dirección de Martin Acosta. Aunque, hay que aclarar, que si eres muy conservador tal vez esta obra no sea para ti porque en ella no hay espacio para los tapujos.

 

Al carácter impresionista del texto, le viene bien la escenografía estridente de Jorge Ballina (que ya lo vemos hasta en la sopa porque se involucra casi en todos los montajes de esta ciudad). El escenario representa una especie de escaparate angosto e inclinado en el que los actores luchan por caminar en línea recta. El público se encuentra en unas gradas improvisadas de forma inclinada también. Este acomodo, aunado a los colores y texturas psicodélicos, contribuye a la tensión de la trama que va en aumento hasta alcanzar el clímax del absurdo.