Chilango

El amor con letra entra

Especial

El amor siempre ha estado en el arte como inspiración o como obra. Jaime Sabines, Juan Rulfo, José Clemente Orozco, Nahui Ollin, Frida Kahlo, Xavier Villaurutia, Remedios Varo son algunos de los artistas que mostraron en las cartas amorosas a sus parejas un lado pasional y erótico que alcanzó su producción artística.

Antes de los correos electrónicos, los SMS, el posteo en el facebook, el WhatsApp y los tweets como medio de ligue o enamoramiento hubo un tiempo en que las cartas –e incluso el correo postal– eran los vehículos para expresar los sentimientos a distancia, cuando enviar una misiva del centro de la Ciudad de México a Coyoacán tardaba una semana en llegar.

Como dice José Luis Cuevas “¿por qué no compartir la intimidad?, yo creo que un artista que es una figura pública debe dar a conocer todo aquello que es parte de su creación (incluso las cartas personales)”.

Es así que recopilamos algunos fragmentos de cartas amorosas de artistas mexicanos.

Octavio Paz y Elena Garro

Amor y Paz (Especial)

Los escritores Octavio Paz y Elena Garro estuvieron casados de 1937 a 1963, tuvieron una hija de nombre Laura Helena. Durante el noviazgo (1935), el futuro Premio Nobel de Literatura 1990 escribió unas 20 cartas de amor que en total ocupan 17 páginas. En ellas hay fragmentos como:

El temor que nos sobrecoge es un temblor sagrado. Un hombre ama a una mujer y la besa: de ese beso nace el mundo…Creces, surges, fuera, dentro, impalpable, en el aire y el alma -un alma como aire mecido en música con un tacto de luz…Doy gracias a Dios porque existes.

 

Juan Rulfo y Clara Aparicio

Clara Angelina Aparicio Reyes, esposa y compañera de Juan Rulfo, recibió 81 cartas de amor del autor de 1945 a 1950, años de noviazgo y primeros de matrimonio. En las respuestas a las misivas, ella hace varias observaciones sobre Pedro Páramo. Incluso el libro El Llano en Llamas está dedicado a ella. 

Chachinita, como cariñosamente la llamaba, leía frases como:

Desde que te conozco, hay un eco en cada rama que repite tu nombre; en las ramas altas, lejanas; en las ramas que están junto a nosotros, se oye. Se oye como si despertáramos de un sueño en el alba. Se respira en las hojas, se mueve como se mueven las gotas del agua. Clara: corazón, rosa, amor…Junto a tu nombre el dolor es una cosa extraña. Es una cosa que nos mira y se va, como se va la sangre de una herida; como se va la muerte de la vida. Y la vida se llena con tu nombre: Clara, claridad esclarecida. Yo pondría mi corazón entre tus manos sin que él se rebelara…

Jaime Sabines y Chepita

Jaime Sabines y Josefina. (Especial)

 La fuente de pasión amorosa de Jaime Sabines fue Josefa Rodríguez, Chepita. En 1947 comenzó la escritura de las cartas del poeta chiapaneco cuando tenía 21 años, donde ya deja ver su talento en las letras:

¿Es posible que, a estas alturas, no creas en mí? ¿O te sientas débil ante la distancia y ante el tiempo? Yo nunca te he jurado fidelidad sexual; no podría ser; es absurdo; tú misma no la deseas. El que yo ande con otra no quiere decir que deje de andar contigo. Tú estás más allá de todo esto, linda. Sería hacerte pequeña introducirte en estas pequeñeces. Tú no eres ni circunstancia ni accidente –te lo he dicho–, tú eres intimidad, esencia.

En otro carta el amoroso Sabines dice: Es posible que te haya hecho daño muchas veces. Es posible que aún te haga más mal. Pero quiero pedirte que todo lo perdones. Yo siempre he querido estar seguro de que me quieres como soy, y entonces me he propuesto ser como soy. Nada me ha detenido. Nada podría tampoco hacerme falso, distinto… No lo olvides. Sabes bien que mientras tú seas tú yo seré tuyo. Que giro alrededor de ti, que sólo en ti he encontrado paz y alegría. Y que muchas veces me voy, sólo porque quiero volver.

Frida Kahlo y sus novios

Con un lenguaje vivaz, auténtico, sencillo y al servicio de lo realmente importante que es comunicar, la pintora Frida Kahlo escribió distintas cartas a sus parejas sentimentales que muestran su sensibilidad.

En 1926 a su novio Alejandro Gómez Arías: …aunque haya dicho Te Quiero a muchos y haya tenido citas y besado a otros, en el fondo sólo te he amado a ti…

En 1935 al pintor Diego Rivera: ¿Por qué seré tan mula y rejega de no entender que las cartas, los líos con las enaguas, las profesoras de…inglés, las modelos gitanas, las ayudantes de “buena voluntad”, las discípulas interesadas en el “arte de pintar” y las “enviadas plenipotenciarias de lejanos lugares” significan únicamente vaciladas, y que en el fondo tú y yo nos queremos harto?

En 1947 a Carlos Pellicer: ¿Se pueden inventar verbos? Quiero decirte uno : Yo te cielo, así mis alas se extienden enormes para amarte sin medida.

Diego Rivera y Frida Kahlo

Diego y Frida (Especial)

El muralista mexicano estuvo casado de 1911 a 1921 con la rusa Angelina Beloff; volvió a contraer nupcias en 1922 con Guadalupe Marín y en 1928 se divorcian. Su tercer matrimonio fue en 1929 con Frida Kahlo, a quien le enviaba cartas, algunas de ellas ilustradas, en 1939 le dice:

Tu retrato nuevo con tu Chang (un mono, mascota de la artista) está verdaderamente maravilloso, tu genio de pintor está en el cuadro y en tu imagen, decididamente no hay ningún pintor viviente que pueda hacer lo que tú”. Kahlo, por su parte, dice de Diego: Rivera, revolucionario rojo, rompió realmente reacción recomendando realidad.

Dr. Atl y Nahui Ollin y viceversa

La pintora y poeta María del Carmen Mondragón Valseca, estuvo casada con el cadete y aprendiz de diplomático Manuel Rodríguez Lozano. Al iniciar una nueva relación con el también pintor Gerardo Murillo, el Dr. Atl, ella adopta el nombre de Nahui Ollin, en un intercambio epistolar ella deja ver su pasión y carácter.

Nahui Ollin a el Dr. Atl: Amor eterno amor Atl, la palpitación de mi corazón es el sonido de tu nombre, que amo con toda la frescura de mi juventud, único ser que adoro, moja los ojos de tu amada con el semen de tu vida, para que se sequen de pasión, quien no ha…y será, más que tuya.

El Dr. Atl también tenía palabras de amor para ella: …Es tu nombre el más grandioso de las símbolo de las cosmogonías. En tu boca la más humana de todas las bocas. Son tu ojos dos abismos abiertos entre el polvo sideral. Anillo de una nebulosa a través de los cuales se miran los abismos del caos. Gloria ardiente es tu cuerpo. Y es tu pensamiento una rotación que conmueve al Universo e ilumina mi corazón.

José Luis Cuevas y Beatriz del Carmen

José Luis y Beatriz. (Especial)

La presencia de su segunda esposa Beatriz del Carmen siempre es constante para el pintor y escultor José Luis Cuevas, haga lo que haga la necesita cerca, la sienta a su lado en la conferencias y pláticas, ella le indica si algo ha olvidado decir sobre el tema que está desarrollando. Tan importante es en su vida y obra que realizó 183 cartas ilustradas a su pareja durante 8 años, todas las misivas comienzan con “Mi amada esposa…” y finalizan: con “tuyo por siempre”.

Amado Nervo y Ana Cecilia

Ana Cecilia Luisa Dailliez fue el gran amor del poeta Amado Nervo, tuvieron una relación de 10 años hasta que la muerte la truncó, a partir de ese momento decidió no volver a escribir, sin embargo, el dolor lo canalizó en pequeños pensamientos, poemas y cartas a su esposa muerta, piezas que después integrarían el libro La Amada Inmóvil.

Escribió: TODO en ella encantaba, todo en ella atraía: su mirada, su gesto, su sonrisa, su andar…El ingenio de Francia de su boca fluía. Era llena de gracia, como el Avemaría; ¡quien la vio no la pudo ya jamás olvidar!.. ¡Cuánto, cuánto la quise! ¡Por diéz años fue mía; pero flores tan bellas nunca pueden durar! ¡Era llena de gracia, como el Avemaría; y a la Fuente de gracia, de donde procedía, se volvió… como gota que se vuelve a la mar!

José Clemente Orozco y Refugio Castillo

Refugio de 12 años y José Clemente Orozco de 26 años eran vecinos, vivían en la misma vecindad del centro de la Ciudad de México, ella vivía con sus padres y el pintor rentaba un pequeño cuarto. El amor juvenil los llevó a escribirse todos los días, la relación continuó a través de cartas de 1909 a 1921. La correspondencia fue de 456 cartas, tarjetas, mensajes breves, acuarelas y retratos que Orozco hizo para ella. También escribió cartas a su esposa Margarita Valladares y a la bailarina Gloria Campobello.

En 1921 en su primera carta a Margarita durante su noviazgo le dice: Señorita, indudablemente estas letras deben causar en Ud. Infinita sorpresa. Hace muchos años que he guardado en mi corazón un sentimiento que hasta hoy ha sido dominado por mi voluntad y sufrimiento de ver mi cuerpo destrozado y ridículo y desagradabilísimo de mi persona. Cien veces he estado a punto de arrojarme a sus pies, de hablarle, de hacer a Ud. la concesión de la más grande confesión de mi alma y cien veces he retrocedido como temiendo no sé qué terrible catástrofe, no sé qué terrible castigo a mi inconcebible atrevimiento…Yo la amo y toda mi ambición es usted, es su corazón, que deseo con ansia inmensa, vehemente, como desear lo más hermoso y valioso del mundo…

Remedios Varo y Gerardo Lizarraga

María de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga, más conocida como Remedios Varo, pintora surrealista, huye de la guerra civil española y tras una breve estancia en Francia llega a México, con la protección a refugiado políticos impulsada por el presidente Lázaro Cárdenas.

Carta a su primer esposo: Ésta, Gerardo, ¡ay, que dolor! Que leo ahora, carta de soledad, mustios lamentos, pudiera haber sido…Me cuesta mucho comprender la importancia que parece tener para ti el reconocimiento de tu talento.

A un pintor no identificado: Esta reencarnación no fue fácil. Después de atravesar mi espíritu, primero por el cuerpo de un gato, después por el de una criatura desconocida perteneciente al mundo de la velocidad –es decir, ese que nos atraviesa a más de 300 kilómetros por segundo (y que, por tanto, no vemos)- fui a dar, inexplicablemente, al corazón de un trozo de cuarzo.

Xavier Villaurrutia y Salvador Novo

Hermanos espirituales, ambos escritores tuvieron una estrecha amistad, mantuvieron una relación profunda en los años 30, que terminaría en la ruptura y el desencuentro.

Novo decía: Xavier Villaurrutia era bajito de cuerpo, de esplendidas manos blancas, tersas, expresivas, de grandes ojos alertas, de boca gruesa, endeble sin embargo, delgado, débil, enfermizo.

Villaurrutia escribía: nuestra amistad no se ha basado nunca en la razón ni en la inteligencia –la primera nos hubiera apartado ya, por muchas razones, la segunda nos habría vuelto a juntar forzada y artísticamente- sino es cosas más inasibles y misteriosas, más oscuras y profundas. Pensarás que con ayuda del psicoanálisis todas esas cosas pueden ponerse en claro…y tendrás razón. Pero en nuestro caso, ¿no te parece que vale la pena atizar su fuego oscuro y recóndito que sacarlas a la luz? Si no subentendemos, si nos sobre entendemos a tientas ¿vale a caso la pena de encender la luz –la luz, que a lo peor, sería en nuestro caso, una impenetrable sombra espesa?