Cocina cantonesa en un espacio elegante. La opción es ir en pares para compartir.
de lugares de cocina china como el Zhao se agradece la sencillez, no tanto del lugar sino de la comida, típica cantonesa. El restaurante es ideal para la zona en que se encuentra: de colores rojo y negro, un largo comedor, y un par de privados, sus únicos adornos son las copas sobre la mesa y vitrales con figuras icónicas. No es acogedor sino elegante, perfecto para negocios. Como buen chino, los platos se presentan en porciones abundantes, son una buena experiencia para dos y un exceso para uno. El mejor ejemplo es una de sus especialidades es el pato Pekín, que como en pocos lugares llega entero a tu mesa, listo para ser deshuesado y cortado en lajas frente a tu plato. El secreto de este plato, receta del chef Kim Kwan, es la salsa espesa (hoisin): de marcadas notas agridulces y un dejo picante. Si prefieres saltarte este banquete y empezar por los productos del mar, una buena entrada son los camarones fritos al wok “Zhao Style”. Son seis camarones envueltos en una pasta crujiente, medio esponjosa, bañados con la misma salsa agridulce. Para variarle a los sabores hay que darle al paladar algo picante,  como el pollo con cacahuate y chile, cocido al wok estilo Kung Pao. Lo bueno de este plato es la mezcla de ingredientes (jícama, vainas de chícharo, apio, cebolla pollo y cacahuates), lo malo es que la presentación es tosca, así que aunque sientas que el sabor es acertado cuado te hierve la boca, extrañarás la sensación de todos los ingredientes en conjunto. Los vegetarianos también tienen juego en esta mesa por platillos como los hongos shiitake (servidos completos) y brócoli con salsa ligera, montados en arroz.