Salón España abrió en 1917, o sea ya se ha mantenido por cien años en el gusto de los chilangos. Y está ubicado en el verdadero corazón del Centro Histórico, a un lado del Templo Mayor, así que si andas turisteando o de compras por el centro, haz una parada aquí para refrescarte la garganta y hasta comer a gusto. Con tres cervezas o dos bebidas te dan el menú del día.

Aquí se jactan de tener muchos pero muchos tequilas. Están en una lista aparte, en una hoja roja con letra negra minúscula que puede ser un reto para leer. Traíganse su lupa o sus elegantes bifocales y disfruten de tequilas que no conocen o ya habían olvidado.

El lugar es taurinoso con un mural de la antigua Ciudad de México. Afuera, dando a la calle, te ponen el menú del día y adentro lo que van a preparar al día siguiente para que te inspires y vuelvas. A nosotros nos tocó un pozole y unas quesadillas de papa que no estaban nada mal y son de los que te ofrecen la comida ANTES de que pidas el otro trago. También manejan comida a la carta, en la que destacan el new york, la tampiqueña, la arrachera y la cochinita pibil, esta última es uno de los platillos más solicitados por sus clientes. Y para que estés informado, te contamos que todos los miércoles sirven pozole, los jueves es de mariscos y los viernes hay frijoles charros y chamorro. Aunque no tienen muchos postres, los que hay son ricos y cumplidores: chongos zamoranos, duraznos y ate con queso.

En Salón España se reúnen grupitos pequeños, parejas de amigas y hay un ambiente más de profesionistas, aquí acuden en particular muchos periodistas y escritores. En el primer salón hay un tapanco y por donde está la barra, arriba en una pared puedes ver un pedazo con estuco que recuerda glorias arquitectónicas pasadas. En el segundo salón se aprecia la altura de su techo y es mucho más agradable.