Muchos novios eligen este restaurante para hacer su propuesta matrimonial. Y es que cuentan con un privado en la cava, separado por una puerta de cristal de las otras mesas, y ahí se le puede ofrecer un menú especial a la pareja. Pero no es necesario tener planes de boda para disfrutar de Romina. Un espacio tranquilo, íntimo y cálido, con excelente comida italiana, alejada (en el buen sentido) de las pastas y las pizzas.

El chef y dueño del lugar, Mario Magaña, propone una cocina más bien casera estilo italiano. El servicio es muy atento y guía al comensal no a partir del menú, sino por ellos mismos al momento de ordenar.

De entrada, prueba la Burrata, queso fresco con prosciutto, sigue con el risotto di Mario con camarones, piñones y salsa de chile pasilla, y de plato fuerte elige el Costolette D’ Agnello Scottadito, costillas de cerdo asadas a la parrilla perfumadas con romero; este platillo es para dos personas. No te arrepentirás.

Además de la carta, el restaurante tiene un menú especial que cambia cada semana con entrada, plato fuerte y postre. Los vinos para maridar corresponden a las regiones más representativas de Italia, como Piamonte y Toscana. En diciembre, el restaurante es muy solicitado por empresas para organizar sus eventos navideños.