Aquí todo es argentino de verdad, el sabor de las pizzas, carnes y empanadas es típico de por allá. Este pequeño lugar tiene una cálida decoración estilo bistrot en la que predomina el rojo de las paredes, hay una barra donde puedes comer si tienes prisa o si se antoja para echar una copita de vino, ya sea argentino, chileno, español, francés o italiano.

El servicio es cálido y amable, aunque si vas en fin de semana puede ser algo lento ya que el lugar estará lleno; el ambiente y la concurrencia son divertidos y la música tiene un volumen alto pero te permite escuchar perfectamente la conversación de la mesa.

Para empezar una buena opción es la berenjena rellena. Te sirven media berenjena y arriba un picadillo de queso de cabra, queso crema, albahaca y cebolla finamente picada, cuadritos de berenjena y un poquito de chilpotle que casi ni sabe, pero es parte importante de esta mezcla que es suculenta.

Después puedes aventurarte por la suprema de pollo napolitana: una milanesa de pechuga muy jugosa y limpia, empanizada, con una costra de parmesano y cubierta de jitomate fresco con un toque de albahaca. La guarnición es un puré de papa delicioso, con trocitos de papa que dan textura a cada bocado. Sobresale el sabor de jitomate fresco con albahaca.

Otra opción es la lasaña tradicional rellena de carne molida, espinacas, salsa blanca y salsa roja. Viene servida en la cazuela donde la preparan, con una costra de queso arriba y al meter el tenedor te vas encontrando con los ingredientes mezclados con la pasta. Toda una aventura… Y aunque el sabor es bueno, la pasta a veces no viene al dente, así que no está de más especificarlo al pedirla.