Pon Hing es una fondita de comida china. Un lugar chico que no debe juzgarse por su fachada, sin muchas pretensiones más allá de matar el hambre con un gran sazón. Todos los días ofrecen tres opciones de menú, tanto para la comida como para la cena. Es de esos lugares que se disfrutan mejor en bola porque puedes pedir los paquetes que incluyen más opciones, y es tan concurrido que lo mejor es llegar temprano o practicar la meditación para apaciguar la espera.

De todas formas aquí se aprovecha cada espacio para servir comida, así que puedes compartir mesa con un completo desconocido por un rato. Pero vamos, en una de esas te llevas comida y un ligue de este lugar.

Por supuesto que no puedes irte sin probar clásicos de la comida cantonesa, como la sopa won ton, el chow fan o el chow mein (montan todo un chow de sabor). De los especiales, el moo woo kay ping es imperdible: pollo con vaina de chícharos, elotitos tiernos y champiñones. Otras estrellas de la carta incluyen el pollo almendrado, las costillitas, el lomo de cerdo, el pollo agridulce y hasta opciones vegetarianas.

Para los vecinos de la zona tienen servicio a domicilio y son muy rápidos.