Pablo El Erizo, es un lugar sin complicaciones y bastante relajado en el que el servicio y la comida te harán sentir como de vacaciones. Piensa en un fin de semana tranquilo en Ensenada, en las carretas de pescado que se ven regularmente en las esquinas y verás que parecida es la experiencia.

La decoración del lugar es bastante sencilla, colores frescos que mantienen la atmósfera viva y sin preocupaciones. Las mesas son poco ostentosas, cumplen su propósito y nada más. Sin embargo, la poca presunción del lugar no quiere decir que en  la comida se escatime, sino todo lo contrario.

La comida es un juego de texturas, sabores y olores. No esperes encontrar en la carta el secreto de la caja de Pandora; los platillos son tradicionales de la cocina de Baja. El toque especial lo dan pequeños cambios bajo la tutela del Chef Efráin Soto. Los tacos de camarón son el plato que vale la pena la visita. Van acompañados de pico de gallo, mucho más fresco que el de costumbre por el toque de albahaca, que también resalta los sabores.

La carta de vinos no es muy extensa pero hay algo para cada platillo y presupuesto. Lo importante aquí no es presumir, sino disfrutar de manera tranquila en un buen ambiente de convivencia. 

 

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