La idea de consolidar un restaurante que celebrara la revolución que le dio Francia a la cocina mexicana tenía un año guardada en los archivos del empresario y dueño de Mexsi Bocu, Ramón Orraca Martínez. Quien devoró varios libros que hablaban sobre el 5 de mayo, y el que tuvo más influencia para la apertura de este espacio fue De caracoles y escamoles, un texto que cuenta la historia de un chef francés que llegó a México a finales del siglo XIX y cocinó para Porfirio Díaz.

El restaurantero adecuó el nombre a una idea que inmediatamente remitiera a México y Francia: Mexsi Bocu, versión hispanizada de Mexique Beaucoup (mucho México).

La propuesta gastronómica del lugar son platillos inspirados en las técnicas francesas con ingredientes mexicanos, o viceversa: técnicas mexicanas con ingredientes franceses. Para abrir apetito, pide unas tostadas de salmón ahumado en casa. El pescado lo marinan en sal, azúcar y eneldo para después ahumarlo con hojas de pino ocotal y servirlo con cubitos de jitomate, chile cuaresmeño, cebolla y aguacate.

Para el segundo tiempo te recomendamos la sopa de jitomates rostizados con quenelle de queso de cabra y huauzontles. En el plato te llevan el quenelle o croquetita de queso de cabra rellena con cabecitas de huazontles y le vierten el líquido caliente. La idea es que revuelvas todo para que el queso se deshaga y desde la primera cucharada aprecies el toque ácido que le aporta a la sopa.

Después elige un entrecôte a la parrilla con mantequilla Mexsi y gratín de patatas y camote. Lo que hace especial a la mantequilla que derriten sobre el suave trozo de carne es que tiene un ligero toque de mezcal y sal de gusano. Al típico gratín francés le añaden camote para darle ese twist muy mexicano.