El objetivo de este lugar es más claro que el botón de las flores a quienes le hacen honor: hacer que prevalezcan las tradiciones mexicanas. Por eso no es casual que el menú sea puramente nacional con toques vanguardistas, que le ponen el acento único propio de este lugar. 

La gente de Los Girasoles realmente se esfuerza por lograr un platillo correspondiente a cada lugar de México, así que puedes desde pedir un suculento huachinango al huauzontle hasta un postre hecho con pétalos de rosa. 

Obviamente, no nos íbamos a quedar con la ganas de probar los platillos más destacados; así que decidimos por unas ricas y sencillas quesadillas azules rellenas de flor de calabaza y servidas en un tradicional mini-anafre que las mantiene calientitas y sí, son ideales como entradas. 

La sopa de tortilla es un infaltable, obviamente la sirven con chicharrón, queso, chile y aguacate. La puedes acompañar con pan o con crema, ideal para empezar a palear el hambre que aqueja desde las dos de la tarde. 

Las albóndigas preparadas con filete de res molido y acompañadas de frijoles con arroz, son una buena opción si lo que buscas es llenarte hasta el fin porque la porción es realmente generosa. Si te decides por algo más ligero porque planeas caminar por largo rato, opta por la ensalada de arándanos, lleva mandarina, cacahuate y un aderezo secreto, guardado celosamente por el equipo del lugar. 

En fin de semana descubrirás con entusiasmo que los viernes y sábados tienen música en vivo y nada de imitadores de Ninel Conde, tienen tríos y música tradicional. Además, puedes pedir unos ricos cocteles de tequila o mezcal. Sencillamente, deliciosos.