Por las calles menos transitadas de la colonia Roma se pueden encontrar algunos tesoros culinarios. Escondida en la calle de Tonalá está esta pequeña fondita que de noche se hace bar y cuenta con galería de Arte. Levadura ofrece todos los días un menú gourmet con los ingredientes más frescos disponibles. El chef Carlos, propone a diario una carta “de mercado”, con ingredientes frescos del día. Para evitar sorpresas, publica todas las mañanas en un blog el menú. Algunos platos ya son leyenda, como el salpicón de jaiba con una deliciosa textura y balanceado sabor; así como el faisán con frutos secos de textura firme pero sabor profundo y especiado. El espacio es reducido, austero e íntimo. Es como estar dentro de una de las salas de exhibición de la galería pero en miniatura. Este es centro clave de reunión para la pequeña comunidad de extranjeros e intelectuales que toman la banqueta y se acomodan e intercambian puestos en las mesas con sombrillas. El menú ofrece dos tiempos con bebida incluida (vino, cerveza o refresco). Se incluye un pequeño postre pero el café es aparte, vale la pena probarlo, es excelente. El servicio es relajado, correcto y eficiente y, la presentación de todos los platillos impecable. Las porciones resultan suficientes y sabrosas. Para un gusto más sofisticado también se ofrece un menú especial de $100 que puede incluir pato o algún otro bicho raro. La gente puede pasar horas en la sobremesa y si es fin de semana, comenzar con unas cervezas para ambientarse.