Seguro te topaste con La Lorena cuando te avisaron en Café O que no había mesa a la hora de la comida. Al principio pensaste que era una pastelería, pero luego te diste cuenta que también era restaurante. La Lorena es un lugar conocido por sus muy famosos Scones (deliciosos panecillos europeos de lo más chic), que se vendían antes de que se consolidara como restaurante. Los hay de varios tipos, tanto salados como dulces, y lo más rico es que los preparan ahí mismo y te los sirven calientitos.

Cuando subes la escalera de fierro blanco junto a una pared azul claro, no sabes qué onda, pero una vez arriba el lugar te invita a sentirte como en una casa de campo antigua, con una decoración de los años 30 y una terraza techada con un pequeño jardín plagado de flores. Si alguna vez has hojeado una de esas revistas de decoración europea, ésta es como una de esas casas de campo en donde te gustaría veranear.

A lo mucho son 15 mesas, pero ojo, si vas en la mañana, las “señoras bien” invaden el lugar y el ruido de las VIP puede matar la magia. Los fines de semana se vuelve un lugar familiar. A la hora de la comida y la cena no está tan lleno y es posible disfrutar la lectura de un buen libro acompañado de una copa de vino (cara para el lugar).

Primero como botana debes probar los Scones salados, tienen un tamaño grande así que con uno la haces. Cuidado si usas lentes porque el vaporcito que sale de éstos cuando los partes puede llegar a empañártelos. El de queso crema se te derretirá en la boca, pero de preferencia ten a la mano algo de tomar porque puede resultar un poco masacudo. Luego tienes que comer un delicioso sándwich. Cuando le das una mordida y pruebas la mezcla del filete jugoso con el queso gruyere recién fundido y el sabor vinagrezco de la ensalada que viene con espárragos blancos gigantes, hace que tu momento se convierta en toda una fantasía europea.

Termina con el Scone de canela, que es el clásico de clásicos. Lo combinan con mermelada de frutas rojas hecha en casa, crema batida y, por si fuera poco, una bola de helado de vainilla. ¡Qué tal! A poco no se te antoja de lo lindo. Ten cuidado de no pedir muchos platos ya que las porciones son muy abundantes.

La gente que visita La Lorena es aquella que gusta de un buen servicio con una calidad de trato personalizado en un ambiente refinado. Si te quieres llevar un poco de esta deliciosa experiencia a casa, puedes comprar los Scones, biscottis, galletas, brownies o unos deliciosos polvorones de nuez. Pero si la quieres armar en grande, tienen servicio de catering. La Lorena es un viaje al campo europeo en plena ciudad chilanga.