Es entre un barco y un submarino, ya que tiene partes bastante oscuras, por lo que hay que procurar sentarse cerca del ventanal. En esta nave marina se sube cualquier tipo de tripulación: familias, ejecutivos y adultos jóvenes. Eso sí, hay que reservar o llegar muy temprano para tener mesa. Existe una cava importante, con vinos de todos lados y de diferentes precios.

No hay como empezar con una orden de seis almejas súper frescas y prepararlas al gusto. Primero un poco de limón, para que se retuerzan y cerciorarse de que estén vivas; después salsa Maggi y Búfalo. Hay que ordenarlas justo al llegar, pues se acaban muy rápido.

Otras entradas recomendables son las famosas tostadas de atún, con su crema de chipotle suavecita, es decir con la cantidad de chile perfecta, pues no le roba el sabor al pescado, lo que sería una lástima, ya que es de primera calidad. Acompañadas con aguacate y frituras de verdura, es una equilibrada mezcla de sabores, así solitas saben deliciosas. Están también los taquitos de camarón estilo Fisher’s, con frijolitos salidos de la olla (aún con un poco de caldillo), una crema que sugiere el sabor a chipotle –sin ser picosa como la de las tostadas de atún– y aguacate. Todos los sabores juegan un papel importante al fundirse dentro de la boca. Por último, vale la pena probar las tiritas de pescado blanco marinadas en limón, acompañadas solo de cebollita morada y chile verde; no necesitan más. Estos dos ingredientes alcanzan a complementar su sabor, pues el pescado es tan fresco que no necesita más. En taco estas tiritas son espectaculares (hay que pedir aparte las tortillas de maíz).

Como plato principal el atún oriental es muy bueno (lo que lo hace bueno es la frescura del pescado). Viene acompañado con una salsa de soya, verduritas crujientes y arroz blanco en su punto (que no es masudo ni está inflado hasta explotar). Los postres: mejor flan con caramelo o cajeta no hay en ninguna parte, porque, aunque sea un postre típico mexicano y se piense que es muy fácil de hacer, no es verdad: es muy muy difícil, y aquí en La Goleta lo han logrado: la textura perfecta, sin una burbuja, con la cantidad justa de caramelo o cajeta. Es un verdadero placer.

Si eres amante de las delicias del mar, y lo que buscas es frescura, calidad, variedad, un ambiente agradable y buen servicio, no dudes en venir a La Goleta.

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