La Curva es un lugar de tradición marisquera, las porciones son abundantes, el lugar es ameno, sencillo y la atención es a todo dar. Definitivamente le daremos los cinco chilitos que se merecen. Si eres de esas personas que aún no lo visitan, aquí te enumeramos algunas razones del porqué si deberías.

A pesar de su fama, la carta de este lugar no es tan extensa como en otros lo que sugiere que se especializan pero bien por las opciones que tienen. Lo más asiduos recomiendan el filete de mero relleno de mariscos: un enorme filete bien gordito lleno de camarones, calamares y cangrejo, acompañado de arroz y ensalada. Te lo sirven con salsa y está para morirse.

El pulpo en su tinta con arroz es otro platillo que puedes probar aquí, bien condimentado y nada fuerte, la proporción del arroz es suficiente para que no te quede la boca grasosa de la textura de la tinta. Si prefieres algo para picar, pide las patas de cangrejo: un plato con pincitas carnosas y salsa, basta con romper las tenazas para dar con el centro carnosito.

La cola de langosta es un must si vas con la actitud de impresionar, viene con puré de papas y la porción es tan grande que te llenarás luego luego. Para la cruda (si vas un sábado después de un viernes de locos) pide una cazuela de mariscos, ideal para despertar y seguir con tu vida.

Importante: aquí son fan de la paella, pero sólo la sirven los fines de semana así que aguas con eso. Los precios no son demasiado excesivos pero si te recomendamos presupuestar unos 200 pesos por persona y llévalos en efectivo porque aquí no aceptan ni tarjetas de presentación.