Prehispánica y exótica no sólo es la descripción perfecta de la Tigresa del Oriente, sino también del tipo de comida de La Cocina de San Juan, o “La Cocinita” para los cuates. Esta cocina se puede jactar de traer de regreso los sabores que degustaban los emperadores aztecas. No es requerimiento, pero si quieres puedes ofrecer que te saquen el corazón como muestra de agradecimiento al chef.

Ubicado a un costado del Mercado de San Juan, el restaurante ofrece una amplia gama de platillos que no se encuentran fácilmente: alacranes, shawis, arañas de maíz, escamoles, hormigas chicatanas, acociles, chapulines, gusanos blancos, chinicuiles y tarántula. Lo mejor de todo es que ya están muertos. Ok, perdón por ese chiste de tío. Todos los platos pueden ser pedidos en orden o en taco.

También hay carnes exóticas como jabalí, chorizo de venado (no seas homo-venado-fóbico), avestruz y cocodrilo así que ya lo sabes, ¿para qué ir al Africam Safari a ver animales cuando puedes venir aquí a comértelos. Otra particularidad de este lugar es lo barato que puedes llegar a comer.

Mucha gente llega a La Cocina de San Juan con miedo. Lo recomendable es empezar con una sopa de chapulín para después pedir el plato de insectos que incluye toda la oferta. No olvides acompañar esta experiencia tan mexicana con un mezcal joven de Oaxaca no sólo por el increíble sabor, sino para perderle las ñañaras al escorpión. Sabemos que en todo grupo hay un ñoño o ñoña pero para esa persona también hay opciones, como el pollo a las finas hierbas.

No es de extrañarse que los mejores chefs del país recurran al mercado de San Juan ni que la cocinita hubiera sido todo un éxito en el Mercado Chilango.

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