Son de pavo horneado y aguacate. Nada más. Bueno, también tienen grasita y, si una quiere —y sí, una quiere—, chiles y zanahorias en escabeche. Fórmula básica, receta antiquísima y resultado glorioso. Las de La Casa del Pavo son unas tortas de sabrosura evidente, fácil.

La Casa del Pavo declara, en su fachada, que nació en 1901. Alfonso Cuarón declara, en su película Roma, que en la década de los 70 era una lonchería muy concurrida. La Casa, por sí misma e indiferente a su aparición en la película mexicana más hypeada del momento, declara que en 2018 es una tortería emblema de la Ciudad de México. Un lugar insignia, decididamente chilango desde hace más de cien años (debió de tomarse en cuenta para el nuevo logo de la ciudad, Claudia).

La Casa del Pavo

La Casa del Pavo. Foto: Margot Castañeda

Cien años. Hace cien años, México apenas estrenaba su Constitución, no existía Internet pero sí (aún) algunas tiendas de raya y la gente comía tortas de pavo con aguacate, en telera, a la plancha. Y las amaba igual que hoy. Qué hermoso cuando algo permanece así, guardado en una arruguita del tiempo.

La Casa del Pavo

La Casa del Pavo. Foto: Margot Castañeda

Como si nada nunca hubiese pasado en la calle Motolinía, La Casa del Pavo permanece incólume. La misma fachada, la misma pizarra con el menú, el mismo letrero de “RICAS TORTAS Y TACOS”. La barrita donde caben diez personas juntitas, la vitrina y su gigantesca caja registradora encima, los azulejos blancos, el altar con sus flores… todo igual. A excepción quizá del Centro Médico, La Casa del Pavo es el único de los lugares chilangos de Roma que sigue donde está con la misma función que antes y casi el mismo look después de casi 40 años —y hasta más—. ¿A qué dios hay que agradecerle que el escabeche de las rajas sigue estando bien sazonado, que el ave sigue rostizándose hasta el mismo color dorado y que el tortero sigue hidratando la carne de pavo con un poquito de consomé mientras la calienta sobre la plancha?

La Casa del Pavo

La Casa del Pavo. Foto: Margot Castañeda

Por cierto, además de las tortas maravillosas de guajolote, pierna o lomo de cerdo adobado, bacalao y las clásicas —cubana, de jamón o milanesa— en La Casa del pavo hay guajolote en mole poblano, sopa de ajo y una joya de los caldos chilangos: pozole de pavo, alabado sea.

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La Casa del Pavo

Dónde: Motolinía 40, Centro

Cuánto: Torta: $50, pozole: $65

Horarios: lunes a domingo, 9:00-21:00

También checa: Maratón de tlayudas y cerveza artesanal (entrada libre)