Si bien este lugar está un tanto escondido, a veces es un punto a favor porque significa mayor privacidad y probabilidades de comer rápido. Pon mucha atención cuando pases por la mezcalería “La mil amores”, porque un pequeño letrero será tu única referencia para encontrar esta pizzería. La otra opción es que te dejes guiar por el aroma de la leña y de pronto estarás en tu mesa. Desde ahí puedes ver la magia suceder, pues el horno y el pizzero están a la vista.

Las pizzas aquí son de costra delgada, con harto queso y harta salsa de tomate, así como con muchas opciones de ingredientes. Las especialidades de la casa son la mar y tierra (camarones y arrachera), la roma (anchoas y mozzarella) o la parma (jamón serrano).

Tienes que probar la pizza de cinco quesos: mozzarella, provolone ahumado, parmesano, camembert, roquefort y pera; de esas que te hacen decir: “Pérame tantito, ¿qué es esta maravilla?”. Si quieres quedar bien y como todo un conocedor, te recomendamos que la pidas.

Todos los domingos sucede lo que ellos llaman “carrusel de pizza”, que es una especie de buffet. No hay límite de tiempo (porque sí, puede ser una lucha) y por $135 pesos comes todo lo que se te antoje (o te entre).

Si no quieres entrarle a la pizza (o sea, si te odias) también hay empanadas, ensaladas, pastas y wraps. Suelen tener buenas promociones y frecuentemente proyectan películas.