Huevitos y Hot Cakes es pequeño y sencillo, con tan sólo 16 mesas cubiertas por manteles de cuadritos naranja y blanco. Sobre ellas se ve la azucarera, servilletas y una salsa de chile de árbol que distingue al lugar.

En el ambiente suena música del radio, en la estación que elija Blanca, la encargada, o alguien más del equipo de cocina o meseros. El restaurante se llena, sobre todo en fin de semana, por lo que hay que tener paciencia, aún cuando el servicio es eficiente y atento. Su éxito se debe, sobre todo, a la buena la sazón de sus platillos.

El chef John prepara unos chilaquiles en su punto, que pueden ser de salsa verde, roja o, menos común, de chile pasilla. Además de este platillo, para el desayuno ofrecen enchiladas, arrachera, milanesas, pero sobre todo huevos y hot cakes, con varias combinaciones. Por ejemplo, en los paquetes de omelettes, que incluyen jugo o fruta y café, hay de camarón con huitlacoche, salmón con queso de cabra, pollo deshebrado con pimiento y espárrago con elotitos y queso Philadelphia, entre otros.

Los hot cakes son con Nutella, cajeta, miel de abeja, lechera, miel de maple, huevo, jamón, tocino, helado y distintos sabores de mermeladas. Todos los productos son naturales. Los desayunos se sirven hasta la una de la tarde. Después de esa hora hay un menú de tres tiempos, cuyo precio varía entre 55 y 75 pesos, según el guisado que se elija. Además se pueden pedir ingredientes, con costo extra, como huevo o plátano. Si no te apetece el menú, la carta funciona durante todo el día, incluyendo los omelettes y los hot cakes, pero ya no en paquete.

En cuanto a las bebidas, más propias para la mañana están los jugos, el chocolate frío o caliente, leche, café y té; y para la tarde, refresco, cerveza, michelada, limonada, naranjada y agua natural o mineral. Abre los 365 días del año.