Por Georgina Hernández
Luego del éxito obtenido con la Panadería La Victoria, Agustín Badaracco, dueño y chef, decidió abrir este pequeño espacio que combina los sabores de la cocina argentina e italiana con el objetivo de preparar “los platillos que extrañas de tu mamá”.
El restaurante tiene apenas seis mesas, una barra para cinco personas y la barra de bebidas. Se caracteriza por combinar dos ambientes: el hogareño por el sazón que le dan a los platos y el íntimo -casi romántico- gracias a la iluminación suave. Asimismo, como parte de su concepto tienen la cocina a la vista para que en todo momento cheques la preparación de lo que ordenaste.
En su carta encontrarás platillos típicos de Sudamérica como el matambre relleno, un arrollado de carne que se prepara con zanahoria y huevo duro. También hay pastas hechas con masa casera, lo cual les aporta un sabor y textura más fresca. Hay ravioles, lasagna y gnocci, y para prepararlas tienen cinco salsas: pomodoro, rosa, bolognesa y crema. Por otra parte, todos los días sirven un menú, de 90 a 120 pesos, que incluye sopa o ensalada, plato fuerte y postre.
Para el final, como cortesía y agradecimiento por visitar el restaurante, los meseros ofrecen una bolsa con panes de la casa ya que parte de la Panadería La Victoria está instalada en el lugar. Entre otras cosas, tienen empanadas al horno (carne, pollo, elote, jamón y queso y espinaca y queso), mediaslunas y vigilantes de crema pastelera y membrillo.