Si andas por el museo del Chopo, debes pasar por El Sazón de Lolita, un verdadero santuario de la cocina yucateca tradicional a precios económicos. El lugar es pequeño, con apenas siete mesas, y una carta con lo básico de este tipo de comida, pero con gran sabor, muy bien preparado e ingredientes naturales.

Sin pretensiones, han logrado captar una clientela que cada vez los busca más y se ha convertido en un secreto a voces, de ahí la necesidad de crecer. Así que próximamente cambiarán su ubicación, en la misma calle de Amado Nervo, pero se irán al número 7, en un espacio de dos niveles y con alrededor de 25 mesas.

Ahí prometen que su menú también se ampliará, eso sí respetando como siempre las recetas originales de Yucatán. Es por eso que también es visitado por gente de ese estado del sureste, pues cuando comen en El Sazón de Lolita se sienten como en su terruño. Aquí, afirman, hasta les gusta que los comparen porque se sienten muy seguros de sus preparaciones, y se saben ganadores.

En El Sazón de Lolita todo es a la carta, por ahora, al llegar puedes pedir una sopa de lima ($35) y un agua del día ($18), que alternan entre horchata, lima y naranja con maracuyá y chaya. Abre el apetito con dos panuchos, uno de lechón y otro de cochinita ($20 c/u). Continúa con un taquito de relleno negro ($15) y deja un huequito para el postre tradicional yucateco: dulce de papaya con queso holandés ($30).

Por supuesto, el platillo más solicitado es la cochinita pibil. Los fines de semana, también ofrecen chamorro, chamorro adobado, costilla de lechón al horno, con guarnición a base de jitomate, habanero, cebolla y cilantro, todo picado, y frijolitos y aguacate. Las bebidas para acompañar la comida son cerveza, aguas naturales y frescos. La música es ambiental y se escucha sobre todo trova yucateca o piano.