Una cosa que hace del Morral un lugar tan apetecido por sus visitantes, es que tiene todo el estilo de un lugar hecho con la tradición y el corazón. Las mesas son amplias, ideales para grupos grandes y familiares, hay cuadros tradicionalistas por todas partes, plantas colgantes y una buena iluminación. La idea es que te sientas como en casa.

El menú está enfocado en la cocina oaxaqueña, y como no queremos hacerte el cuento largo porque seguro tienes hambre, te diremos los favoritos de la casa.

El chile en nogada se sirve todo el año, así que si tú o tu invitado no tiene ganas de esperar hasta septiembre para comer este platillo, aquí puedes entrarle cuando gustes por sólo 210 pesos. Otros de los favoritos de la casa es el tradicional pozole michoacano mixto, pollo o de cerdo. Lo hacen todos los días y nada de congelados, aquí lo hacen al día, lo que garantiza que sea muy fresco y que se agote rápido. ¿Precio? 110 pesos.

Como puedes ver, la comida no es nada costosa y sí muy rica de un alto estándar. Los mixiotes de conejo y carnero no te los puedes perder, por mucho, es uno de los pocos sitios donde puedes conseguir un buen conejo sin irte hasta Xochimilco.

Y la joya de la corona: el plato poblano, ¼ de pollo con mole poblano y ajonjolí y guarnición de arroz blanco por 210 pesos. Este platillo es el más pedido del lugar así que aguas con llegar tarde y perdértelo.

Otras cosas ricas de la carta son los tacos de lengua con guacamole y cebollitas cambray, la sopa de médula, la pancita de los fines de semana y los suculentos camarones gigantes, estos son lo más caros de la carta, pero bien que valen la pena.

El Morral está genial para llevar a la familia y pasar un rato sin estrés y con amor familiar, rasgos tan raros de ver en esta ciudad cada vez más caótica.