La imaginería de Ringo poco tiene que ver con este recinto ubicado en el mero mero mercadito de Coyoacán. El lugar, caracterizado por mesas largas y comunales, se abarrota los fines de semana.

Esto hace que encontrar un espacio para más de cuatro personas en hora pico, pueda resultar todo un suplicio, o en su defecto el lugar ideal para conocer a otro aficionado a los mariscos, como tú. La especialidad, como su nombre lo dice, es el cefalópodo más querido del mar. A la plancha, al ajillo o a la gallega, no hay falla, siempre sabe bien (tal vez porque lo traen fresco desde los puertos de Zihuatanejo).

De entrada pídete unos tacos de marlín ahumado: tres tacos retacados de este pescado de sabor suave, con tortillas blanditas (aunque no hechas a mano) y la salsa habanera indispensable para acompañar.  Eso sí, si tienes el propósito de chulear, hazlo antes de entrar, porque aquí, nada de alcohol.

Lo malo: estás comiéndote un delicioso coctelito de camarón, bajas las piernas de la periquera en donde estás sentado y en lugar de arena, encuentras el inevitable concreto de nuestra queridísima ciudad… ¡qué bonito!