San Pascual Bailongo debería ser santo de la comida rica y accesible, y de los sonideros… Pero en especial de la cocina mediterránea en Santa María la Ribera.  Donde existe un comedor que bien podría ser su parroquia.

Para empezar, las tapas son casi obligatorias. Las brusquetas –pan casero, jitomate, parmesano y pesto de albahaca– o las berenjenas a la parmesana, no te van a fallar. El pimiento morrón con queso de cabra se merecen mención honorífica.

En caso de que estés cuidando la línea, la ensalada capresse y la de pollo en costra de especias son la opción rica y saludable. Acompáñala con una pasta, ya sea spaghetti o penne, en una de sus distintas preparaciones.

O si lo tuyo es la pizza, no pases por alto la de tocino y la de 4 quesos. ¿Llevas a tu amigo que no come carne?, tienen la opción vegetariana o la clásica margarita.

Si quieres algo diferente, prueba sus niños pobres; emparedados de pan casero, con lechuga, jitomate, aguacate, pesto de albahaca y el complemento que gustes. Las estrellas son el de arrachera y el de cordero. Pero como de pobres no tienen nada, manejan otras opciones como: chistorra, pollo, salchicha italiana, jamón serrano, berenjena y 4 quesos.

Para acompañar tantas delicias, tienen copas de vino o clericot en $35, agua del día en $15, o la cerveza de la casa en $80. Los refrescos y cervezas comerciales también forman parte de la carta. Ni se te ocurra irte sin probar el strudel de manzana con helado de vainilla, es simplemente rico.

Otra cosa que hace a este lugar tan genial, es la decoración. En el exterior sus letras blancas estilo grafiti, sobre la pared negra, le dan un onda callejera. Pero por dentro sus bancos sencillos y mesas rústicas, transmiten más bien un aire acogedor.