Imagínate un sitio donde puedas sentirte como si hubieras salido de un cuento de las Mil y una noches: espacioso, luminoso y con una exquisita carta repleta de divinidades libanesas como para comer y no cansarte.

Pues bien, ese lugar existe, queda en el centro y se llama “El antiguo Ehdén” a diferencia de su homónimo bíblico, aquí no te van a expulsar por comer una inocente manzana, aquí dejarán que comas lo que quieras.

Es que la carta es variada, te ofrecen los tradicionales falafel y también un taquito de hojas de parra, es decir, no dejan lo mexicano de lado. No del todo, al menos. Te recomendamos que pruebes las entradas, pequeñas delicias ideales para ir calentando el paladar: tabule, hojas de parra rellenas, jocoque con zatar, pan árabe tostado, humus y shanklish.

Obviamente, los platos fuertes son las tradicionales brochetas, la mejor y más tradicional es la de cordero, trigo y especias, y es la que, obviamente, vas a pedir.

En las bebidas, encontrarás las típicas bebidas frías, refrescos y chelas. Pero la bebida por excelencia es el té de jazmín, lo puedes tomar frío o caliente, pero si es frío, mucho mejor. Para bebidas calientes, está el tradicional café árabe, que son de esos bien fuertes que te dejan con tu ración de cafeína por todo un año.

El lugar no es para nada pretencioso, de hecho, es bastante sencillo. Así que no esperes nada grandilocuente, más bien, disfruta de tu comida sin distracciones.