Lo que alguna vez fueron talleres de imprentas, sobre la calle de República de Cuba, el día de hoy es un bello y acogedor hotel. En su interior cuenta con una coqueta cafetería y un restaurante que debes conocer. Éste se encuentra en la terraza, regalándonos una maravillosa vista a la colonial e histórica plaza de Santo Domingo y la bella Rectoría de Santo Domingo de Guzmán.

El chef Erick Acevedo es la mente tras la carta. Quien crea platos dinámicos, frescos e inspirados en las raíces nacionales con acentos modernos; utilizando productos de tierra y mar. El menú de este lugar celebra la riqueza de la comida mexicana con ingredientes tradicionales y de calidad.

De las entradas, no te puedes perder el aguachile tatemado de camarón, fresco y con un sabor picosito. Otra opción ideal son los escamoles domingo santo, salteados,  especiados y rematados con salsa arriera y un toque de sotol.

Para el platillo fuerte pídete un salmón cítrico al horno, pollito lechal al mezcal o arrachera domingo santo. Si tus ganas de carne son pocas, alguna de sus ensaladas seguro te va a satisfacer. La recomendada es la de la casa: con lechuga escarola y francesa, cubos de camote amarillo, espinacas frescas, espárragos, almendras garapiñadas, jitomate cherry y una rica vinagreta de manzana, de rechupete. 

Acompaña el festín con algunos de los cocteles, aunque si lo prefieres puedes pedir un trago personalizado. Mención honorífica a la soda italiana de pepino con mango.

Con precios que son más bien amigables y una ubicación ventajosa, este lugar ha sorprendido a más de uno.