El tapeo va de lo oriental -dim sum de camarones y champiñones- a lo relativamente mexicano -como esas tostadas de tártara de atún- y a lo reciamente español -perfectos pimientos padrón con puro aceite y sal-.

También tienen platos “grandes”. Dos ejemplos son el pollo rostizado y el solomillo, que hablan de un conocimiento de la cocción carnívora.

Se come bien en Cuines, pero tal vez su atractivo mayor es su disposición arquitectónica, que incluye varias mesas comunales y dos islas con bancos en cuyos centros se encuentra la barra de alcohol o la cocina fría.

Es como si cocina y comedor no fueran dos entidades separadas y, por tanto, como si el comensal mismo fuera parte del personal de Cuines (y viceversa). Encantador.

TIP: Si vas en pequeño grupo, pide alguno de los arroces que sirven en sartenes de fierro. Un favorito: el montañés, con setas, pollo y butifarra.