Aquí es indispensable el saco y la corbata a excepción de los viernes cuando se acepta la vestimenta casual siempre y cuando no sean jeans y tenis. El lugar de reunión de la crema y nata de los banqueros y empresarios abrió sus puertas en 1941 en un edificio señorial que data de 1548 y que fue remodelado por el arquitecto Ricardo Legorreta. El Club cuenta con un acervo de importantes obras artísticas, algunas de ellas se pueden apreciar en el restaurante, como algunas esculturas de Jorge Marín.

La carta comprende platillos mexicanos, como mole poblano, pozole, enchiladas, pacholas de res, chiles en nogada, entre otros, e internacionales. Te sugerimos de entrada pedir unos taquitos de cochinita pibil o unos de chilorio, para continuar con una sopa de tortilla o una ensalada César. De plato fuerte, el menú tiene excelentes opciones de carnes, mariscos, aves, pescado, pero te sugerimos pedir el filete Richelieu. Entre los postres, el pay de limón al tequila con salsa de zarzamora y caramelo o la cassata de mango con maracuyá.

De lunes a viernes ofrecen un menú ejecutivo con un costo de $195 pesos, que incluye tres tiempos a elegir entre dos opciones por tiempo y que se sirve únicamente en el restaurante, es decir, no es posible comerlo en la terraza o los salones. Porque en este lugar hay salones para eventos y privados para que las comidas de negocios transcurran sin contratiempos ni distracciones. Algunos domingos hay brunch dominical, por lo que es mejor que llames para que te enteres si habrá el día en que quieres ir. Su servicio de bar es muy completo, con bebidas nacionales e internacionales.

El Club de Banqueros cuenta con servicio a domicilio ya sea para un desayuno, banquete o cena familiar. Ellos llevan la vajilla, la mantelería y la cuchillería, y todo para que tu evento o reunión sea espectacular.