Lugares sencillos abundan, de hecho, son nuestros favoritos. No son pretenciosos, la comida si bien no es demasiado variada es enorme. Es decir, lo sencillo se compensa por la cantidad de las porciones. Las cemitas son embajadoras de la comida poblana, tienen un cuerpo digno de cualquier postre francés, además, son ideales para abrir y rellenarlas de lo que quieras. Si creías que solo podías comerlas en los puestitos callejeros pues te equivocaste vilmente.

Cemitas ochentaocho es el lugar escogido por los comensales amantes de este pan para ir a degustar. Con un gusto nada refinado pero bien único, este lugar te da la bienvenida con unas pocas mesas en la banqueta y la cocina abierta.

Aquí te enumeramos las cemitas más suculentas para que te enamores de este lugar así como nos enamoramos nosotros y fíjate que no somos nada fáciles de complacer ¿eh?

  1. Amamos la cemita de milanesa con aderezo secreto, quesillo, pápalo, aceite de oliva, chipotle y aguacate. La porción es bien grande y puedes pedirla con papas fritas.

2. Una cemita única de Ochentaocho es la de bacalao: bacalao a la vizcaína, sobre una cama de aguacate, pápalo, aceite de oliva y chipotle, pero esta delicia sólo podrás disfrutarla en semana santa y diciembre. Awww.

3. Para que no te vayas triste por no probar la de nuestro pescado favorito, te traemos la cubana: milanesa o pavo, queso de puerco, jamón y pierna con aderezo de la casa, quesillo, pápalo, aceite de oliva, chipotle y aguacate. Una cemita tan grande que tendrás que pedirle a cemitero que te la pique por la mitad…sin albur.

Las papas al gajo, a la francesa, los nuggets, son los snacks que puedes comer aquí o pedirlos como guarnición de tu cemita. Mira, que si vienes, no se vale la dieta.

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