Por: Georgina Hernández

Es una cafetería sin pretensiones que cumple a cabalidad el dicho “menos es más”. No están clavados con los métodos de extracción ni con un grano en especial, aunque eso no significa que dejen de lado la calidad en su preparación y en su elección –son de Chiapas.

La idea es que vengas con tiempo a echar el cafecito, tienen desde los típicos capuccino y espresso, hasta un cold brew y, para los que están peleados con la cafeína, hay té chai superespumoso. La carta de alimentos es clara: croissants, waffes y pan, cien por ciento casero. Prueba el pastel de zanahoria, especiado y con un betún cremoso de topping. Perfecto de principio a fin.

El lugar es acogedor en todos sus espacios: una terraza, rincón con minimesas y minisofás, otro más con mesas y sillas normales, y en la parte de en medio, una pared de troncos que llaman “El Muro de los Deseos”, es el espacio de la buena vibra donde puedes depositar escrito en un papelito, un deseo.

La experiencia comfort food se armoniza con una playlist en la que se puede escuchar desde música clásica hasta una rola de Janis Joplin. Ubícalo por la jacaranda de la entrada, el árbol de la casa en cuestión.

TW:cafedelarbolmx