Cabanna trae toda la onda y el sabor de los frutos del mar de Culiacán a la Ciudad de México. Aquí lo que se viene a probar son sus aguachiles que mezclan los sabores dulces y picosos (como los mejores besos) y ayudan a curar la cruda.

Te recomendamos la versión asiática de la tostada: es de atún. Su base es una lámina crujiente de wontón cubierta por una emulsión de cilantro. Sobre ella van los cubitos de atún sazonados con jengibre, que se coronan con unos toques de cebolla y aguacate. Al final, un poco de salsa de soya y aceite de ajonjolí. Es la Tostada que complementa a nuestra Guayaba.

Otra chula de divina es la tostada Primavera, una de las recomendaciones de la casa. Se prepara con camarón cocido, pulpo y callo de hacha (del que sí vale la pena y no es “peñabot”).

Pero te dijimos que el Juan Camaney del menú era el aguachile, así que éntrale con ganas a estas opciones que te harán sudar la gota gorda, o ya de perdis, las cubas de la noche anterior. Garantizado.

El mangochile: preparado con mango y chile habanero (sudas nomás de verlo), el gran duende -que lleva chile serrano- o el perla negra con limón, salsas negras y sin la taquicardia de la taurina.

Dicen que para todo mal, unos marisquitos. Y si no lo dicen, pues deberían.