Su comida está trepada en la ola de las buenas burgers (acá con mayonesa de trufa, queso cheddar y un aporte dulce de cebolla caramelizada) o el sándwich correcto (grilled cheese con crema de jitomate, steak & egg). En los postres prueba algo brutalmente gringo como el brownie con helado de vainilla y caramelo. Supersize yourself.

Como buen bar con ascendencia brooklynita, éste ha tomado el toro del coctel por los cuernos. Tiene, entre otras, sección de gins (favorito: indian space tonic, con cardamomo) y de clásicos (¿quién puede negarse a un buen old fashioned?).

La carta de vinos es pequeña pero bien escogida. El Uriel rosado de Adobe Guadalupe es una sorpresa en cualquier lugar.

TIP: Les da por organizar fiestas temáticas y brunches: sigue el hashtag #guiltybrooklyn para enterarte del próximo evento.