Campechano, moronga, costeño, longaniza y una infinidad de suculentos manjares de asador se entremezclan en la plancha de este clásico abierto en 1946. Familiares del Villamelón, son prácticamente iguales, aunque este no es tan famoso por vivir en una zona más modesta como la Portales.

Lo que sí se respeta es la tradición… esa maravillosa costumbre de salvarnos de la cruda con su famoso chelato (Clamato con cerveza) y unos buenos tacos campechanos escurriendo salsa, para que esa gastritis sí valga la pena. Porque, mira, si ya lo vas a hacer, hazlo bien, con dedicación y compromiso.

Aquí te topas desde mirreyes treintañeros acompañados de sus respectivas lobukis, hasta familias enteras que salen a comer el domingo para darle un respiro a la tía Yolanda que cocina toda la semana.

Como se te dijo, los tacos son los mismos que los de su hermano el más fresa (el Villamelón), pero sin duda se recomiendan los tacos Guille: suaves o dorados, de cecina con longaniza, chicharrón.

Aquí hasta la salsa es gloriosa. Si tienes dudas prueba la de chile morita con pedacitos de chicharrón con carne, que acompaña perfecto el taco campechano que, se dice, nació en este local.

Otro clásico del lugar son los tacos costeños: traen lo mismo que los campechanos además de cebolla curtida y chile habanero.