Parece hecho adrede, pero en realidad es una casualidad que este restaurante especializado en gastronomía poblana —aunque su carta también incluye platillos

de otras regiones del país—, se ubique precisamente en la calle Puebla, de la colonia Roma.

Pero, más allá de cualquier coincidencia, lo que es un hecho incuestionable es que este restaurante realmente le hace honor a una de las propuestas culinarias más ricas de México. Vayamos directo al grano y hablemos del maravilloso mole; o los moles, mejor dicho, ya que aquí encontramos algunas cuantas variantes en cuanto a su preparación y uso.

Hay, por ejemplo, mole de higo, de zarzamora, de chabacano y de jamaica. También podemos hablar de las distintas maneras de utilizarlo, como por ejemplo, en el champandongo —una especie de pastel azteca bañado en mole—. Una receta familiar que ha pasado de generación en generación y actualmente es uno de los platos más emblemáticos de este restaurante.

Otro caso sería el de las enchiladas, específicamente las que van rellenas de pato y bañadas en manchamanteles —como llaman al mole con fruta—. ¿Se te está haciendo agua la boca? ¡De eso se trata!

Un clásico, sin duda, son los chiles en nogada. Aunque con la desventaja de ser un plato de temporada, es definitivamente otro de los imperdibles, si tu visita a Angelopolitano es entre junio y octubre. Aquí la opción no es sólo una, sino varias según el relleno que prefieras: res con cerdo (el tradicional), pato, bacalao, cordero y hasta quinoa, por aquello de que el veganismo está viviendo un auge.

Aplausos y ovación de pie para el chef Gerardo Quezadas, una auténtica garantía de que cada comensal saldrá completamente satisfecho.