Desde 2012, Terra México premia a los 10 mejores restaurantes de la ciudad de México. La dinámica consiste en tener una lista de 50 lugares nominados que un jurado especializado en el área de gastronomía analiza desde cuatro perspectivas: calidad, servicio, innovación e ingredientes. Después, también se toma en cuenta la votación de los lectores del portal.

Para este año, el grupo de expertos estuvo conformado por: Ada Stiker, experta en estilo de vida, reseñas de restaurantes y catadora de vino; María José Castañeda, directora de la revista D.O. URBANO; Eduardo Plasencia, gastrónomo y periodista; Pablo Baños, director de la revista Mivino México; Hugo D´Acosta, propietario de la bodega Casa de Piedra en Baja California; Diego Hernández-Baquedano, director del Restaurante Corazón de Tierra; Andrés Amor, de las revistas El Conocedor, Top Life y D.O. Urbano; Alejandro Zárate, periodista; Guillermo González Beristain, chef del restaurante PANGEA; y el chocolatero José Ramón Castillo.

Ganadores:

1º Pujol

El encanto de Pujol va de los platillos al servicio, el cual siempre está al tanto de todo lo que ocurre en tu mesa. Pero si hablamos de comida, el menú degustación es algo que no se debe dejar pasar pues tiene esa capacidad para mantener tu entusiasmo en cada plato, ya que se le da la misma atención a la entrada (elotitos con salsa de chicatana) hasta los tacos con tortilla de hoja santa.

2º Máximo Bistrot

Máximo Bistrot Local es un restaurante que puede darse el lujo de cerrar diez días y dejarnos esperando, para regresar y tener un aforo completo. Que sea un lugar costoso puede discutirse, aquí lo que pesa es la comida y aunque la carta cambia diariamente, hay platillos que permanecen y que valen mucho la pena como el hamachi con aguacate y vinagreta de jengibre.

3º Biko

Éste restaurante autodefine su cocina como “gachupa”, un término que resume la historia que sus chefs, Mikel Alonso, Bruno Oteiza y Gerard Bellver, han recorrido entre México y España, los países que marcan pauta en técnica e ingredientes para la construcción del menú. Su estilo es limpio y minimalista. Los chefs buscan la belleza en los espacios vacíos y le dedican a su estética tanto esfuerzo como al sabor y a la textura de los platillos.

4º Nicos

es uno de los restaurantes mexicanos asociados a Slow Food, una ideología que se sigue en cada plato que viene a la mesa. El lugar no es para nada elegante, aunque cada miembro del servicio está entrenado para tratarte como rey. El chile miahuateco relleno de trucha orgánica ahumada en escabeche o la sopa seca de natas, son dos ejemplos de la cocina que ofrece el chef Gerardo Vázquez Lugo.

5º Merotoro

El chef Jair Téllez es conocido por su restaurante Laja, en Ensenada. Transportar los sabores de mar y tierra del norte del país a un contexto urbano fue misión del Merotoro. La oferta de mar es suculenta pero las alternativas carnívoras son igual de apetitosas.

6º Bakéa

La decoración sencilla y conservadora, al igual que los aromas que envuelven a este lugar, lo hacen un recinto acogedor que te invita a cruzar el umbral para descubrir los manjares de la comida vasco-francesa. El chef Vicente Etchegaray construye los platillos del menú a partir de las bondades que ofrece cada temporada.

7º Quintonil

A pesar de que el restaurante es bastante formal en el servicio, la canastita tejida de pan y los frijoles que llegan a la mesa mientras decides entre la comida corrida y el menú a la carta le dan un toque casero. La “comida corrida” de Quintonil es un menú que destaca por su buen ritmo, por la estética de cada tiempo y porque siempre tiene novedades en el menú. Sin embargo, su carta mantiene platillos estrella como los chilacayotes en mole de la casa.

8º Raíz

La mancuerna entre la cocina de Arturo Fernández y el expertise repostero de Espai Sucre hacen que la experiencia de Raíz empiece tan bien como termina. Aquí, la parte dulce tiene la misma relevancia que cualquier platillo del mundo salado y se nota en postres como el helado de mole con crujiente de ajonjolí y yogurt.

9º Contramar

Es un lugar decorado como un restaurante de cocina de playa: pisos de mosaico, muros adornados con temas marinos, techos con petates de palma y ventiladores de aspas empotrados en ellos. El nombre Contramar es el que salta de inmediato cuando se habla de mariscos: de buena fama, buenos precios y unas tostadas de tataki de atún difíciles (las clásicas con poro frito) de superar.

10º Azul Histórico

El lugar es una gran terraza que por las noches tiene una iluminación muy tenue. A pesar de estar ‘al aire libre’ cualquier ruido de la calle es ajeno y algo que lo hace excepcional son las enramadas que se tejen para formar un techo de hojas. De su carta, ños moles son una tentación (hay amarillo con venado, mole negro con buñuelos de pato y res con chichilo negro).

Además hubo premios especiales:

El reconocimiento a la trayectoria fue para el chef Ricardo Muñoz Zurita (de Azul y Oro, Azul Condesa y Azul Histórico), y el de la innovación fue para Daniel Ovadía (de Paxia y Morablanca)

Por otra parte, los tres restaurantes favoritos de los lectores de la página web fueron:

1º Tori Tori

2º Mazurka

3º Morimoto