Es verdad que los deliciosos taquitos están a unos clics de distancia y también en nuestra plataforma #LléveleLlévele, pero no podemos negar que la experiencia JAMÁS se comparará con comerlos recién salidos de la parrilla.

Nuestras quinielas tienen ya tres flamantes ganadores: Coyoacán, en la categoría de lugares; la barbacoa, que venció en una dura batalla a todos los demás antojitos, e ir por taquitos (sí, ¡benditos tacos!) en la madrugada, en la competencia de las actividades.

Esta ocasión se tratará de una lucha de poder a poder entre los 16 tipos de tacos que morimos por probar en el puesto, la fonda de confianza, la esquina habitual o el restaurante… no comamos ansias, después se podrá.

Mientras tanto, no dejes de votar por tus favoritos de cada ronda en la quiniela y espera los partidos en nuestra redes sociales.

Campechanos vs. de tripa

Fotos: Leo Pérez y Fernanda Piña

El toque que el chorizo le da a los campechanos parece insuperable, sobre todo si va bien doradito y en una ración generosa; pero los de tripa no son un rival fácil, se trata de una de las recetas más tradicionales de barrio… eso sí, bien lavadita, para no sufrir al día siguiente.

De barbacoa vs. de birria

Fotos: Shutterstock y Chilango

Dos viejos conocidos de un antiguo enfrentamiento, ¿el resultado será el mismo? Ambos llevan la suave y deliciosa carne de borreguito que se come en taquitos en el tianguis de la colonia; la principal diferencia es que en los de birria el ingrediente sorpresa es el adobo.

De carnitas vs. de asada

Fotos: Shutterstock y Chilango

De un lado, el estilo de Michoacán: carnita de cerdo preparada en un gran cazo de cobre (tú decides si es surtida, con cuerito o de pura maciza); del otro, directo desde Monterrey, carnita de res con sus cebollitas cambray y nopales a la parrilla. En este duelo de otras latitudes, quienes ganamos somos los chilangos de buen diente.

De canasta vs. de guisado

Fotos: Michelle San Miguel y Marisol Arvizu

Algunos de los favoritos de los godínez chilangos, por tratarse de prácticamente una comida completa a precio más que accesible. Ambos son fáciles de conseguir en cualquier colonia (en condiciones normales, claro) y la sazón del relleno y la presentación (sudaditos y medio apelmazados, o rebosantes y con complementos como arroz o frijoles) son las que hacen la diferencia. ¿Cuántos y de cuáles vas a querer?

De suadero vs. de cabeza

Fotos: Leo Pérez y Marie Reyes

Ambos suelen encontrarse en la carta del mismo puesto y es probable que hayas pedido una orden de cada uno en más de una madrugada. Los de suadero (carne dorada y suavecita) son un estandarte chilango por excelencia, mientras que los de cabeza (trompa, cachete, lengua, nervio y hasta ojo, si te animas) son un manjar que no todos saben apreciar… ¡de lo que se pierden!

De pastor vs. árabes

Fotos: Leo Pérez y Shutterstock

Cuenta la leyenda que los segundos (otro de los baluartes chilangos, aunque juren que son originarios de Puebla) son una adaptación de los primeros. El trompo de pastor suele ser el anzuelo para que muchos lleguen a la taquería; se sirven en minitortillas de maíz, con verdura y su rebanada de piña; los árabes, por otro lado, van en tortilla de harina o pan árabe y su característico sabor se debe a las especias con que cocinan la carne.

Dorados vs. de insectos

Fotos: Leo Pérez y Shutterstock

Una buena orden de flautas (de papa con queso, carne o pollo… ¡o surtidas!) es una opción ideal para romper la dieta; lechuga, crema, guacamole y quesito y ya tienes un menú completo y crujiente. Los de insectos son una opción mucho más exótica, pero los paladares conocedores y aventureros saben que es una experiencia a la que no le puedes decir que no sin probar.

De cochinita vs. gobernador

Fotos: Chilango y Flickr

Cerramos esta quiniela con otro duelo colosal: en una esquina, la receta yucateca que ha conquistado estómagos dentro y fuera de México (y que sabe mucho mejor en una tortilla de maíz recién salida del comal); en la otra, la opción del mar que mezcla deliciosos camarones, queso fundido, mayonesa al chipotle, aguacate y frijolitos en una receta sinaloense. ¡Y ambos se pueden comer en nuestra CDMX!