El otro día me escribieron de una hamburguesería que me gusta mucho y a la que no he ido desde hace un par de meses— para recordarme que los tenía muy olvidados. El mismo día, recibí una invitación por mail para probar la nueva creación de un burger joint que solía frecuentar. Por la tarde, me contactaron por Instagram para ir a probar la receta renovada de una hamburguesa que probé hace un año y a la que no le fue tan bien en la reseña. Ya en la noche tenía un antojo enorme de comer hamburguesas, alguna de esas tres. Pero no he podido ir. No ha sido falta de ganas o hambre, sino de tiempo. 

¡Por el placer de comer hamburguesas!

La gente que recién me conoce se sorprende de que me dedique a hacer reseñas de hamburguesas. Pasado el shock inicial sobre mi personalidad secreta, la siguiente pregunta siempre es “¿a poco hay tantas hamburgueserías o hamburguesas como para dedicarte a eso?” ¡Oh, sí! Mejor época no podría estar viviendo el mundo de las burgers. Las hamburguesas son el platillo por excelencia del mundo globalizado, gentrificado, conectado y tropicalizado; capaces de adaptarse a las realidades e ingredientes de cada rincón del planeta. Basta darse una vuelta a Instagram, donde la etiqueta #burgers no baja de 14 millones de publicaciones al día. 

Foto: Leonardo Pérez

Así que no les sorprenda que en mi lista de espera hay más de 12 lugares de hamburguesas para probar por primera vez. Lo sé, es un trabajo sucio pero alguien tiene que hacerlo. La lista se hace más grande si hablamos de los lugares a las que tengo y quiero regresar, para probar novedades o echarme una clásica favorita. Si por mí fuera comería hamburguesas todos los días en desayuno, comida y cena, pero seguramente no le haría gracia a mis arterias. Sin embargo, sigo con la firme convicción, querido lector, de probarlas todas. Gracias a todos por sus comentarios y sugerencias, ¡son bienvenidas! 

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