Primer y único paso:
Elimina de tu cabeza los regaños de tu mamá, diciéndote que no hagas ruidos en la mesa. Prueba sorber el agua, el jugo, la leche, el vino, el café, el té.

Presta atención a los aromas que invaden a tu nariz mientra lo haces. Listo. Ejercicio concluido.

¿Y cómo para qué?
Es lo que los catadores hacen para encontrar el retrogusto. En los vinos se habla de "finales" (algunos con notas de chocolate, por ejemplo), que se refieren a la permanencia de una bebida en la boca.