Ok, esto no es para reírse pero si para tomarsela con calma. Para verle la mejor cara al asunto, rescatamos el remedio infalible para las gripas y resfriados (ese que recomendaban las abuelas cuando ecuchaban el primer estornudo): una sopa. Nosotros le agregamos el estilo: minestrone, de tomate, de cebolla o, de plano, un clam chowder.

De cebolla: Si de construir una barrera antiviral en el cuerpo la sopa de cebolla tiene las propiedades necesarias para ayudar al cumplimiento de la misión: un caldo que se cuece por largo tiempo de color obscuro acompañado de pan y queso gratinado. Prueba la de La Caserolle.

El Clam Chowder: lo sirven al estilo clásico en el Bros Oyster Bar. Es nada más ni nada menos que una sopa espesa que lleva cachitos de mar. Si es una sopa que sacó a flote a los pescadore de mares fríos, imagina que efecto tendrá en ti.

La de tortilla: En El Cardenal (Sheraton, Centro, Palmas). Es una porción salvaje de caldillo de jitomate espeso. Acompañada con las justas porciones de tortilla frita, queso fresco, aguacate y chile. Un plato todo en uno que aquí tiene sabor casero. Acompáñala con una tequilita al inicio y mira ¡adiós malestares!

De tomate: Que su sencillez no te engañe. Bien preparada la sopa de tomate es una delicia: con un toque medio ácido y si se puede, un toquecito de crema. Te recomendamos la de Ligaya (Condesa, Santa Fe).

Caldito de pollo: El remedio mágico de las cocinas mexicanas está en el Bajío. Puede pedirse con o sin menudencias y viene con los aditamentos para prepararlo como se debe: con cebollita, chile y cilantro.

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