Santuarios fumadores donde aún se conserva, en suficiente alcohol, a esa especie amenazada.

La Coyoacana: El jardín en la niebla
Donde antes estaba la Guadalupana se encuentra esta cantina-restaurante que tiene una de las áreas fumadoras más bonitas. Es un jardín con pastito, con mesas y sillas de madera —seguramente traídas de Indonesia— y un muro de adobe a medio tirar que es parte del decorado. Como cuenta sólo con dos sombrillas se recomienda más bien al caer el sol o a medio día traerse un bloqueador, si no te quieres achicharrar. Adentro, en la parte no fumadora encontrarás un lugar muy limpio de paredes claras, luz ahorradora bien lograda y decorada con imágenes de Coyoacán antiguo, una cabeza de toro y carteles de corridas. A veces hay música ochentera a un nivel tolerable y las teles planas bien colocadas se prenden cuando hay partido y se conectan al sonido local para ampliar la emoción. La comida de su carta es buena pero luego sufren de “inspiraciones” (ej. croquetas con salsa de jitomate). Aquí la cosa es tranquila y como muestra me consta que un día que nos tocó una mesa escandalosa, el dueño —que está siempre presente— nos pidió disculpas e invitó un digestivo de cortesía
Higuera 14, Villa de Coyoacán, 5658-5337.
Tequilómetro Cazadores $55 Botella $780


La Guadalupana: The walt-dalu-charlie’s
Pensamos que la de Coyoacán tenía una sucursal pero “reloaded” con meseros más gandallas que te inventarían todavía más chupes en la cuenta. Nada que ver. Sólo está relacionada con las de Cancún, Playa del Carmen, Cuernavaca, Santa Fe y próximamente Insurgentes. Este restaurante-cantina-salón totalmente postoficinista de gente bien (o aspirante a) cuenta con santuario fumador justo en el patio interior de una casona con mesas y sillas equipaleras, televisiones planas y jardineras con árboles con foquitos. Esto es sin duda su mejor atractivo. En el resto del lugar vemos una Virgen de Guadalupe —tamaño caguama— en tonos sepias, vigas pintadas, cuadrotes inspirados en fotos de magueyes, campesinos y otros colorinches con tehuanas o milagritos pegados. De las paredes con firmas de famosos y la barrita ostentando el título de Museo del Tequila mejor ni hablo. Esta decoraciónn se coloca en un punto medio entre un pueblo mexicano concebido por Walt Disney y la incomparable calidez de un Carlos’n Charlie’s.
Av. de La Paz 45, San Ángel, 5516-1253 y 5616-1269.
Tequilómetro Cazadores $70
Botana incluída: No
Girls Friendly


El Portal de Cartagena: Bienvenidos los tártaros
En un viernes todos están tan cómodamente amontonados en el exterior, protegidos por un pequeño techito y platicando con tanto gusto que uno quisiera acompañarlos. Adentro es más tranquilo y oscurón, con un enorme mural en tonos cafés de unos buques de vela realizado en ese gran material que es la marmolina. Las sillas y las mesas no han sufrido remodelación. Entra el bolero, hay rockola, pasa el del organillo. Hay parejas y una que otra familia desperdigada hasta en los televisores: una señora telezota en una esquina y sus hijas telecitas en las otras. La botana es buena pero teníamos la misión de caerle a la carne tártara de la carta. Las instrucciones de David Lida fueron muy estrictas y no podía ser preparada por nadie más que por Rubén López el capitán de meseros. Este hombre quien nomás lleva 15 años en su chamba, prepara el mentado platillo con harto ajo y le queda digna de una invasión. Los martes la botella te la cobran a mitad de precio, tiene su salón privado y hasta puedes rentar el lugar para tus reventones nocturnos.
Chiapas 174 esq. Medellín, Roma, 5264-8714.
Tequilómetro Cazadores $60


La México: La cantina del “mañana”
La azotea se transformó en el área fumadora que es buena para un día de lluvia y pésima para un día de calor: la combinación de lona azul+techo corredizo+ventanas, da un mini sauna que le sienta pésimo a las camisas y corbatas. Mi compañero fumador prefirió bajar y enfrentarse a alguno de los otros tres pisos .Las paredes rosa bañodemujeres para el primer nivel, azul caballeros para el segundo y amarillo pollo para el tercero, son para quien quiera vivir una decoración de impecable e indiscutible mal gusto. Teles prendidas en el golf —nuestra nueva afición mexicana— mientras se oyen algunas rolas de ranchero-pop de fondo. Una batería en el segundo piso delata música más que viva (los viernes y sábados a partir de las 22hrs hay rock-pop y DJ). Pero hay que decir a su favor que se trata de un local limpio que no intimida, donde puedes jugar dominó y que en plena “sureñidad” te encuentras en una zona libre de niños bien. Otras conveniencias son sus parrilladas y un buffet (servido de 13:45- 17hrs) por $45 pesos con cervezas 2x1. La gran desventaja fue un servicio descuidadón que remató con una tardanza de 30 minutos para traernos la cuenta.
Canoa 75, San Ángel, 5550-2072 y 5550-2114.
Tequilómetro Cazadores $50