Perder el glamour es humano; a veces necesitamos un break del tenedor y el cuchillo. Aquí te traemos una lista de comida en palo: ésa que te puedes comer con la mano sin ser juzgado por el manual de Carreño. ¿Cuántas se te antojan?

Jicaletas

Qué mejor snack que una rebanada de jícama (del tamaño de tu cabeza) en un palito bañada en chamoy líquido y chile piquín. La gastritis, colitis, agruras, acidez y úlcera están en la puerta, pero nada te detiene cuando de chilito se trata. A veces lo sano también es divertido. A veces, muuuuuy de vez en cuando.

Brochetas

¿Qué tal te suena carne con pimiento y cebolla en el grill? Si eres más de pollo, éntrale. Si estás crudo, lo mejor son unas de camarón con limón y salsita de la que te hace moquear. Todavía mejor si la metes a un clamato con cerveza. Lo único difícil de comer brochetas es que, si comes con ganas, te puedes picar el cachete. Con cuidado, pero date con gusto.

Espiropapas

El sueño de nuestro niño interior. Cuánto tenías que esperar en una fiesta infantil en lo que estaban listas las espiropapas. Recién saliditas de la cubeta de grasa hirviendo, escurridas y directito a tu plato de unicel. Con limón, catsup y Valentina. Gracias, Dios, por este manjar.

Kushiages

Si algo le agradecemos a los restaurantes japoneses es que nos ofrezcan kushiages. Nadie se resiste a una mordida de esta delicia frita que escurre queso a la primer mordida. Son adictivas; si pudieras, las pedirías de entrada, plato fuerte y postre. De queso, plátano con queso, camarón con queso o cangrejo con queso, es difícil escoger sólo una (o dos, o tres). Ojalá se pudiera vivir de kushiages.

Crepaletas

De la calaña de las espiropapas, las crepaletas son una gozada. Doraditas de las orillas y rellenas de Nutella (o de cajeta, o queso crema), esta especie de mini-crepa empalada es una joya de la gastronomía infantil. Cualquier persona en su sano juicio pediría crepaletas en un restaurante si existieran en el menú, ¿o no?

Banderillas

Como un hot dog, pero mejor. Una banderilla es mucho más práctica: no tienes que abrir la boca como zaguán para darle una mordida. Aparte es frita y todo lo frito lleva ventaja. Te manchas mil veces menos y la disfrutas mil veces más. Win win.

Algodón de azúcar

Bienvenido el coma diabético. No hay mejor sensación que el algodón suavecito deshaciéndose en tu boca. Es cierto, a la mitad empalaga, pero ¿no disfrutas cada vez que le das una mordida? Lo malo: manos pegajosas y sed permanente, pero vale la pena.

Elote

El que crea que los esquites son mejores que un elote preparado con mayonesa, queso y chile (del que pica o del que no pica), que se retire del planeta tierra. Uno de los mejores (si no es que el mejor) snack mexicano. Desde las calles hasta tu corazón, los elotes son queridos por absolutamente todos. Que vivan los elotes.

¿Dónde las comes?

Échale ojo a:
Hot dogs chilangos
Elotes y esquites obligados
Para el asador