Alrededor del siglo IV a.C. el chocolate caliente era ingerido solamente por la realeza maya como muestra de solemnidad en rituales sagrados. Así, cuenta la leyenda que Quetzalcóatl dio este regalo divino a los hombres, quienes desde entonces empezaron a jugar con la receta logrando más o menos espuma, un espesor denso o más líquido y hasta la inclusión de ingredientes como el chile y la nuez.

Chocolate Azteca
De espuma muy densa y de tonos marrón oscuros éste es un chocolate 100% mexicano. En la chocolatería Xocawa lo puedes encontrar hecho con clavo y un toque de chile para realzar los sabores. Al tomarlo se siente ligero pero con un sabor y cuerpo muy definidos. Lo sirven hirviendo, como debe ser y, mientras la temperatura va bajando, el gusto evoluciona. La mezcla se va intensificando y los últimos sorbos del chocolate ya tibio son concentrados de cacao y chile.

Chocolate de metate
Para Enrique Olvera la preparación de un chocolate debe ser "a la antigüita"; en su restaurante Pujol lo preparan de manera artesanal sobre un metate. Puedes elegir tu tipo de mezcla, ya sea con agua para un resultado más suave y fresco o con leche para obtener un resultado más robusto. En ambos casos se sirve humeante y espumoso con toques de canela que en vez de resaltar por sí sola, intensifica la dulzura del chocolate y complementa su amargura. Si quieres probar el fruto del cacao en su esencia, ésta es la manera.

Tomar chocolate caliente hecho de cacao mexicano nos conecta con nuestro pasado. Patricia Álvarez, Mamá Sarita


Chocolate de soya

En Mamá Sarita la especialidad es con leche de soya. En este caso el líquido es el doble de espumoso y la consistencia es densa y tentadora pero, al mismo tiempo, el sabor del intenso chocolate se amolda a la suavidad y ligereza de la soya y crea una rica amargura y acidez, que van perfecto con lo dulce del cacao. También lo puedes pedir con menta, Baileys y tequila. Nuestra recomendación: acompáñalo con una rebanada de pan marquesote oaxaqueño y sopéalo a gusto.

The Melting Stick

En Fuga Chocology te sirven una taza de leche humeante y a su lado un melting stick, chocolate macizo de 90% de cacao que sumerges en la leche para que vaya soltando todas sus propiedades. El resultado es una taza homogénea, aunque no es raro que a la mitad del proceso quieras pegarle una mordida a
la barra entera.

Jarabe de chocolate con leche

Otra forma de personalizar la intensidad del sabor de tu bebida está en Le Pain Quotidien donde e utiliza jarabe en lugar del melting stick. Al introducirlo en la leche puedes observar cómo se homogenizan los ingredientes en una mezcla espumosa de sabor semiamargo. Tarda un poco en tomar color, así que hay que beberlo con calma. Si quieres ser redundante -y pensamos que deberías-, acompáñalo con una galleta gigante con chispas de chocolate o un muffin de amargo.

Hot fudge

Es el sueño de todo niño, aunque ningún adulto le hará el feo: un espeso jarabe de chocolate ideal para bañar cualquier postre. En Chiandoni tienen uno muy especial hecho con base de cocoa oscura tipo holandesa. Lo utilizan principalmente en el mantecado para provocar contraste de temperaturas que resultan ser un goce en la boca.

*Todas las direcciones y teléfonos de los lugares que aquí te proponemos están en este link.