Por cuarto año se entregará el molcajete de plata, un reconocimiento que se otorga a aquél cocinero, institución u organismo con una trayectoria sobresaliente en la investigación, preparación, desarrollo o difusión de las recetas mexicanas y la preservación de sus ingredientes.

La cocinera del restaurante El Bajío, Carmen Ramírez Degollado Titita,es la vocera oficial y presidenta del comité organizador.
El molcajete de plata honra este utensilio de la cocina mexicana que tradicionalmente es en piedra. Y lo hacen de plata por ser un metal que se extrae en grandes cantidades en México.

Los ganadores de las ediciones pasadas sonDiana Kennedy (2013) —lee aquí su receta para vivir más—, Abigail Mendoza (2014) —descubre acá su cocina— y Tito Briz de El Cardenal (2015) —¿te sabes la historia sabrosa de ese lugar?—.

2016. Lucila Molina de Merlos de Casa Merlos

El molcajete de plata es para…

Este año la presea se otorga a la chef Lucila Molina de Merlos de Casa Merlos, fundado en 1970.

>>Lee nuestra crítica a Casa Merlos

El comité que eligió a Lucila como ganadora está formado por integrantes de la Cofradía de la Zona Rosa, la Academia Mexicana de Gastronomía; y la Asociación Mexicana de Restaurantes, y el Club de Industriales.

¿Cuál es la historia detrás de Casa Merlos?

Lucila comenzó su experiencia con el buffet de cazuelas a domicilio. El éxito de Casa Merlos vino de pronto y fue el salto que la llevó a tener su propio espacio dónde preparar auténticas recetas poblanas, entre ellosel chile en nogada, que cada temporada de nogada se vende como pan caliente.Lucila forjó su carrera en la cocina desde pequeña, y se casó a los 17 años con Juan Merlos.

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Como en casa de la tía de Puebla, a dos cuadras de Observatorio. Molito, chalupas y otras delicias tradicionales.

Doña Lucila Molina de Merlos lleva más de 30 años especializándose en comida poblana del siglo XVIII.

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En lo que fuera una vieja casa familiar, se reúnen abuelos, tíos y nietos. También llegan buscadores de tesoros culinarios. Pero el lugar no se llena demasiado, entras rápido y disfrutas tus alimentos cómoda y tranquilamente. La piedra, talavera y sillas artesanales te hacen sentir en un hogar provinciano, aunque sobra la música de elevador, afortunadamente muy bajita.

La carta incluye una buena selección de platos típicos de Puebla. Chalupitas, cual debe ser, fritas al momento en manteca de cerdo. Te quedas con ganas de más, pero hay que dejar espacio para lo que sigue: una reconfortante sopa de flor de calabaza, calientita y cremosa, con elote y queso fresco.

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Casa Merlos ((Cortesía Casa Merlos))

Casa Merlos
Victoriano Zepeda 80, Observatorio
55164017, jue-dom 13-18 h, $ promedio 300, sólo efectivo

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