El origen

Todo empezó hace más de ocho décadas, cuando la Sra. Petra Romero llegóal D.F.a los 16 años, proveniente de un pueblo llamado San Lorenzo Ometepec, en Puebla. Ella comenzó a trabajar en una cremeríaen la zona de La Merced, dentro del mercado de artesanías, ubicado en Ernesto Pugibet.

Con dedicación, perseverancia y mucho trabajo logró comprar dos locales en el mercado. Desde un inicio los llamóLa Jersey,el nombre con el que se le conoce a una raza de vaca que da mucha leche.

Su secreto era simple: compraba los quesos nacionales–que en esa época eran de calidad extraordinaria, pues la mayoría habían sidoproducidos con leche entera–y, los vendíadespués de haberlos dejado madurar por lo menos 6 meses.

Petra llegó a los 25 años casada y ya como comerciante. Vivió unaépoca de oro: conpoco trabajo ganaba mucho dinero. Cuenta la abuela Maru, hija de Doña Petra, que su madre tenía una alcancía llena de centenarios.Entre los clientes de Petra Romero estuvieronEmilio Azcarraga, Jacobo Zabludovsky, Ofelia Medinay muchos políticos y artistas de la época.

El impulso

Los maduros quesos de doña Petra resultaban muy parecidos a los españoles, o al menos su sabor era más concentrado que el del resto. No fue sino hasta elgobierno de Carlos Salinas de Gortari, con su tratado de libre comercio, que comenzó la importación de quesos como el Camembert y el Brie.

En los alrededores del mercado se establecieron muchos españoles que llegaron a la ciudad como refugiados, huyendo de la Guerra Civil, lo que obligó a los comerciantes del mercado de San Juan a buscar productos europeos para abastecer a sus clientes. Así fue como se amasó la especialización de este mercado en una gran gama de productos gourmet que van desde verduras, frutas, carnes exóticas, especias, pescados y mariscos.

Doña Petra, tuvo dos hijos: Luis y María Eugenia. Luis murió a los 40 años y María Eugenia (la abuela Maru)se casó y tuvo cinco hijos, dos mujeres y tres hombres,que “nacieron entre quesos”,uno de ellos es Luis Roberto, actual encargado de La Jersey.

La decadencia

Maru estuvo al pendiente del negocio prácticamente desde que nació, ahí crío a sus hijos; sin embargo, con la llegada de su primera nieta, la abuela dejó el negocio. Nadie iba a imaginar queLa Jersey casi termina arruinada tras la administración de sus hijas. FueLuis, nieto de Doña Petra, quién entró como salvador. El negocio estaba casi perdido y embargado, pero Luis logró rescatarlo: estuvo pagando deudas durante casi dos años.

El problema vino cuandoenfermó de pancreatitis, por el nivel de presión y compromiso que manejaba. Tras estar casi dos meses en el hospital, Luis salió con la salud muy frágil y fue ahí cuando, sin grandes conocimientos de administración y contabilidad, su esposa, la señora Perla,tomó las riendas del lugar.

El renacimiento

En la actualidad La Jersey abre de lunes a domingo y es frecuentado por personajes como Facundo, Nailea Norvind o el grupo Moenia, quienes van por un buen manchego español, jamón serrano o las famosas tapas de tres quesos.

La Jersey ha sabido expandirse, actualmente hay dos locales en el mercado de San Juan y uno en el hotel Downtown, un edificio del siglo XVII que pertenece al Grupo Habita, y próximamente abrirán otras dos tiendas, una en Polanco y otra en la Condesa.

La Jersey también le vende baguettes, tapas y café a la Universidad Libre de Derecho y además cuentan con servicio para fiestas o eventos, con una degustación para tus invitados y una descripción de cada queso. El costo final es por consumo.

Uno de los sueños más grandes de Perla y de su esposo es convertir a La Jersey en una franquicia. “Así como Bill Gates quiere que todo el mundo tenga una computadora en casa, yo quiero que cada refrigerador tenga uno de nuestros productos”, dijo la actual administradora.

La Jersey está dentro del Mercado de San Juan (Ernesto Pugibet 21, Tel.5510 4374).