Unos son pequeños, otros, grandes y algunos, de plano, feos. Lo que tienen en común estos restaurantes es una rica propuesta de cocinas asiáticas que no son sushis ni tempuras.

Gangnam Tropical

The Ramen House (Corea)

Aquí la atención es bonachona y paciente con los novatos, y con los conocidos, familiar –hasta los saludan en coreano. Su ramen es fiel a la tradición: caldo picante –como para levantar a cualquier muerto–, con combinaciones de lo más conocidas para los nacionales: queso Oaxaca, aguacate y espinaca. Tienen kimbap: una piedra que calientan, rellenan de arroz y verduras y coronan con un huevo que se cuece lento; haz un revoltijo con todo, sazónalo con su cátsup coreana –que sabe a chamoy–, y es una bomba. También hay kimchi (achicoria con vinagre y especias) muy bueno y ajoso. Acompaña con el jugo-refresco de aloe.

The Ramen House
Río Pánuco 132, Cuauhtémoc
6545 9513, lun-jue 11- 20:30 h, vie-dom 11-22:30 h
$ promedio: 150, tc: todas

A comer como Iván El Terrible

Kolobok (Rusia)

El desafío en Kolobok es encontrar mesa y luego de comer, levantarse. Es chiquito pero sirve porciones grandes. La vuelta vale la pena por el pelmeni: ravioles aromáticos y caldosos rellenos de carne; mézclalos con crema, mucha pimienta y un poco de vinagre. El gulyash (cerdo en salsa de jitomate) por su parte, es el tipo de platos para un día lluvioso. Hay agua de jamaica y salsa verde, pero para entrarle de lleno a la experiencia rusa pide un kvas (bebida fermentada de pan: una mezcla entre sidra y cerveza, medio dulce, medio ácida). Al final, no importa qué tan lleno estés, el pastel de miel es necesario.

Kolobok
Av. Universidad 538, Del Valle
5604 4091, lun-dom 10-20 h
$ promedio: 200, tc: todas

No sólo de tofu vive el vegano

Prema (India)

Prema significa “amor”, en sánscrito, y en este restaurante vegetariano/vegano cocinan bajo el precepto del prasad: ofrecen los alimentos a un dios, cocinan con amor y, como regla de oro, no prueban la comida: los cocineros son tan sensibles que sólo con oler saben el punto de cada plato. El soufflé de papa, que pica, acompaña bien las somosas (empanadas de verduras). Para que la comida no esté tan seca, pónle chutney (una salsa de piña, mango o tamarindo). No te puedes perder los pasteles. No tienen una gota de huevo. El marmoleado no tiene desperdicio.

Prema
Guanajuato 202, Roma
5650 4492, lun-dom 9-21 h
$ promedio: 150, tc: todas

Las apariencias engañan

Warung Makkan (Indonesia)

Este lugar es feo con ganas. Está en una plaza que es el mejor aliciente para no quedarse, pero la comida como experiencia vale la pena: platos bañados en salsas especiadas y aromáticas, porciones para probar mucho y unas ricas bakwan sayur (tortitas de verduras capeadas), o el gulai ayam, trozos de pollo en salsa de coco con azafrán y, sobre todo, su agua de aguacate. El restaurante no es protocolario, te puedes sentir a tus anchas cuando pidas las costillas de res, la mejor oferta del lugar. Tiene la gran ventaja de ser económico pero, en definitiva, no es un lugar para hacer sobremesa.

Warung Makkan
Plaza Roma Insurgentes, local 10
6548 2708 / 2763 2879, lun-dom 11-19 h
$ promedio: 150, sólo efectivo