Hace unos cuantos añitos –cuando habían unos cuantos humanosnómadas poblando la tierra–, la sabia naturaleza proveía lo necesario para lasupervivencia de sus amadas criaturas.Sin embargo, el hombre (insaciable comosiempre ha sido) decidió que quería más, y para obtener ese "más" era necesarioalterar el balanceado "ciclo de la vida" impuesto por la madrecita naturaleza.

Hace aproximadamente diez mil años se descubrió la agricultura y resultótan cómoda para el hombre que hasta se volvió sedentario, él descubrióque agregando ciertos productos a la tierra (como estiércol) ésta podía sercultivada más veces. Pero de poquito a poquito se llena el jarrito, y fue en1850 cuando cayó la gota que derramó el vaso: chan chan chaaaan… Apareció elprimer pesticida químico.Por supuesto, en ese entonces no se tenía idea delimpacto que esto tendría a futuro y se siguió desarrollando más tecnologíaagrícola y ganadera (como dar hormonas a los animales para que engordaran másrápido).

Lo bueno es que ya sabemos qué es lo que nos hace daño y aún estamos a tiempo de actuar.

La naturaleza nos ha cobrado caro el atentado contra su "ciclo de lavida", pues sin saberlo hemos propiciado el cáncer, enfermedades crónicas y sinnúmero de males que aún no salen a la luz.

Quitémonos las etiquetas que nos hacen pensar quela comida orgánica es desabrida o que se trata de comer pura lechuga. No, comer sano nosignifica hacer dietas tortuosas o volverse vegetariano, las opciones sonenormes. Aquí te presentamos cinco lugares en los que encontrarás comida buenapara tu salud, para tu paladar y para la naturaleza (a ver si con eso ya se lequita lo enojada y nos echa una sonrisita).