El Huequito es todo un clásico de la gastronomía “pastorense” mexicana y la franquicia taquera en activo más antigua de la ciudad. Su historia se remonta a 1959. El nombre que recibe le queda como anillo al dedo, pues la sucursal matriz está en un huequito de la calle de Ayuntamiento, casi esquina con López, y en realidad el local no mide más allá de metro y medio a lo largo.

Armados únicamente de dos trompos al pastor y una barrita de aluminio al frente (donde la gente se sienta), el adobo de su carne es dulce y resulta una delicia ver cómo el taquero agarra la tortilla (hecha en máquina) y la baña en el jugo que desprende la propia carne y que se asienta debajo del trompo.

Una vez que el pastorero baña la tortilla en el jugo de carne, echa en ella la salsa de chile de árbol con tomate y la cebolla que se encuentra en el asiento del trompo, rebana la carne de un sablazo, echa un poco de verdura (sin piña, ya que la receta original de los tacos del Huequito no la utiliza), y enrolla el taco para hacerlo parecer una flauta de tortilla suave (no dorada): la experiencia resulta toda una obra de arte.

Don Guillermo González (apodado Mayor), el despachador, lleva 35 años laborando en la taquería original y nos presume también las aguas frescas de jamaica y horchata, importadas desde Yucatán. Como opción adicional a quien quiere un taco más picante, en la barra de aluminio de enfrente se encuentran más salsa roja (tomate con chile de árbol) y guacamole.

Precio de taco: 11 pesos.