El tercer informe de DNV detalla los cuatro factores que fueron detectados en los peritajes y que, según sus conclusiones, ocasionaron el desplome de la Línea 12.

De acuerdo con el informe, el cual fue dado a conocer por El Universal, el diseño de elementos, la certificación y supervisión de la obra de ingeniería civil, la instalación de pernos y la inspección de las obras de ingeniería civil fueron los factores que ocasionaron la caída de las trabes.

También señala que no hay reportes de mantenimiento de 2012 a 2019, a pesar de que existe un manual.

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En el tercer y último informe elaborado por la empresa, expone que a la falta de soldaduras y la mala calidad de su instalación, se sumó la ausencia de mantenimiento y supervisión.

Sin embargo, también aclara que el no cumplir con alguno de estos factores no hubiera evitado el incidente, sino que tenían que funcionar los cuatro para no comprometer la operación de la Línea.

En cuanto al mantenimiento, DNV expone que el manual fue entregado al Sistema de Transporte Colectivo en 2013 después de que se oficializó la entrega de la obra.

Dentro de estos procesos que se requerían están la inspección y mantenimientos topográficos, así como procedimientos que se debían seguir en caso de eventos extraordinarios, como los sismos.

También señala que la Línea debía ser inspeccionada periódicamente, respecto a su nivel de deflexión, integridad de los miembros y de las soldaduras, en busca de una señal de daño o fallo.

Además, cada dos años se tenía que supervisar el estado de las vigas, así como la estructura principal que debía revisarse trimestralmente en el primer año posterior a la terminación, semestralmente en el segundo año y anualmente en los años posteriores. Al respecto, DNV señala que no recibió datos de estas inspecciones de 2013 a 2019.

En 2019, señala, se realizó una supervisión de la zona derivado del sismo, y destacó que la empresa a cargo no verificó las deflexiones verticales, mismas que deben ser inspeccionadas cada dos años, según lo indica el manual.

En ese mismo año también se realizó una inspección con drones, en la cual se observó una alteración y pandeo de los elementos de las vigas, pero indica que no hay evidencia de que se hayan realizado revisiones rutinarias después de este hallazgo.

Lo mismo señala en las inspecciones que se realizaron tras los sismos de septiembre de 2017, pues tampoco hay evidencia de que se hayan hecho observaciones en estos aspectos.

Como recomendación a las autoridades, DNV señaló que se deben asegurar de que existan, realicen y documenten las supervisiones de control de calidad de los cuatro factores que fallaron en la Línea 12.

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